Ozzy Osbourne: Las causas reales de su fallecimiento fueron reveladas
El mundo del rock perdió a uno de sus íconos más irreverentes y carismáticos.
El 22 de julio de 2025, Ozzy Osbourne, conocido como “El Príncipe de las Tinieblas”, falleció a los 76 años en su hogar ubicado cerca de la aldea de Chalfont St. Giles, en Buckinghamshire (Inglaterra). Aunque la noticia conmovió a millones y generó especulaciones, los documentos oficiales ya revelaron las verdaderas causas de su deceso.
De acuerdo con registros obtenidos por The New York Times y The Sun, la leyenda del heavy metal murió a causa de un paro cardíaco fuera del hospital, causado por un infarto agudo de miocardio, con dos condiciones adicionales que agravaron su situación médica: enfermedad de las arterias coronarias y párkinson con disfunción autonómica.
Su hija, Aimée Osbourne, fue la encargada de presentar el certificado de defunción en un registro de Londres. En el documento, se detalla que el día del suceso una ambulancia aérea acudió con urgencia hasta su residencia. Los paramédicos le brindaron atención crítica avanzada antes de trasladarlo al Hospital Harefield, ubicado en el suburbio londinense de Uxbridge. Daily Mail agregó que el equipo médico pasó cerca de dos horas intentando estabilizarlo, sin éxito.
La muerte de Osbourne se produjo apenas 17 días después de su histórico concierto de despedida, titulado Back to the Beginning, en Birmingham, su ciudad natal. A pesar de las dolencias que lo acompañaron en los últimos años, el líder de Black Sabbath cumplió su promesa de despedirse en vivo, rodeado de aplausos, lágrimas y guitarras distorsionadas.
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Ese concierto, cuyas entradas se agotaron en tiempo récord y que fue transmitido por streaming a todo el mundo, mostró a Ozzy sentado en un trono negro, sin poder caminar, pero con la misma fuerza vocal que lo llevó a la cima del rock durante más de cinco décadas. Fue un acto de resistencia artística, de amor a su público y de despedida simbólica.
Desde 2020, el músico había hablado abiertamente sobre su diagnóstico de párkinson, revelando también una serie de complicaciones médicas relacionadas con su columna vertebral. Estas condiciones lo obligaron a pasar por múltiples cirugías que limitaron su movilidad, pero no su espíritu.
Su familia comunicó el fallecimiento en redes sociales con un breve mensaje en el que pidieron respeto por su privacidad y destacaron que Osbourne murió “rodeado de amor junto a su familia”.
Ozzy Osbourne no solo fue el alma de Black Sabbath y un fenómeno como solista; también fue un empresario inteligente que supo transformar su imagen en un negocio multimillonario. Según el último análisis de Finance Monthly en junio de 2025, dejó un patrimonio estimado en 220 millones de dólares.
Gran parte de su fortuna provino de sus giras mundiales, ventas de discos y merchandising, pero también de su incursión en la televisión, con el reality The Osbournes, su propia marca de productos, colaboraciones, derechos de imagen, y acuerdos publicitarios que mantuvieron su nombre vigente incluso cuando su salud lo mantenía lejos de los escenarios.
Ozzy Osbourne dejó mucho más que canciones. Su figura, marcada por excesos, redención y reinvención constante, se convirtió en un símbolo de resistencia cultural. Transformó el miedo en arte, el escándalo en espectáculo y la oscuridad en luz. En cada generación, hubo un joven que descubrió la potencia de su voz y la profundidad de su historia.
Hoy, su muerte no significa un silencio definitivo, sino el inicio de una leyenda que vivirá en cada acorde distorsionado, en cada grito de libertad, y en la memoria colectiva de millones que lo siguen llamando, con respeto y devoción, El Príncipe de las Tinieblas.