Paquita la del Barrio dejó deuda millonaria y un testamento incompleto, según su mánager

La muerte de Paquita la del Barrio el pasado 17 de febrero de 2025, a los 77 años, no solo dejó un vacío en la música mexicana, sino también un complicado escenario financiero que amenaza con empañar su legado. A pesar de haber cosechado fama y fortuna con éxitos como “Rata de dos patas”, la artista habría fallecido con una deuda millonaria que ahora pone en jaque a sus hijos, según revelaciones de su representante.

Francisco Torres, su mánager de confianza, rompió el silencio en una entrevista con el programa Ventaneando el 22 de mayo. Allí, confesó que la cantante dejó pendiente un acuerdo financiero con su disquera, Musart, con quien había pactado el pago de una deuda fiscal a través de sus regalías musicales. “Le prestaron una cantidad fuerte para que ella pudiera pagar esa cantidad que tenía que solventar; después le dijeron que se lo cobraban con base a regalías. Aunque Paquita muchas veces nos hacía confusión, porque íbamos a algún programa y decía: ‘ayúdenme, me están robando’, ella no entendía que tenía una obligación”, declaró Torres.

El monto que se adeuda, según el mánager, asciende a 1.5 millones de pesos, y sus herederos habrían quedado completamente sorprendidos al enterarse de esta situación. “Los hijos de Paquita sí están bastante preocupados”, aseguró. El problema se agrava por una omisión en el testamento de la cantante: no dejó estipulado el destino de sus regalías como intérprete, lo que abre una peligrosa brecha legal sobre quién debe responder por el compromiso con la disquera.

“Paquita no incluyó en su testamento sus regalías como intérprete, le mencioné eso, que ella tenía que testar su legado musical; que se lo dejara a un hijo, a los dos, a los tres, pero nunca lo hizo”, lamentó Torres, visiblemente afectado por la situación.

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La relación de la artista con el Servicio de Administración Tributaria (SAT) no es nueva. En diciembre de 2006, fue detenida por elementos de la Agencia Federal de Investigación (AFI) en el Aeropuerto de la Ciudad de México, acusada de defraudación fiscal equiparada por una deuda con Hacienda, también por 1.5 millones de pesos. Pasó una noche en el reclusorio femenil de Santa Martha Acatitla antes de ser liberada tras pagar una fianza.

Aquel episodio no solo marcó su vida personal y profesional, sino que incluso generó una colaboración con el SAT. En 2007, Francisca Viveros Barradas, nombre real de la intérprete participó en campañas institucionales del organismo, cantando temas para concienciar a la ciudadanía sobre la importancia de pagar impuestos. Incluso apareció como presidiaria en un capítulo del programa La Familia P. Luche, un hecho que muchos recuerdan como una ironía de la vida.

Ahora, tras su muerte, su historia suma un nuevo capítulo: una lucha por clarificar su herencia, enfrentar una deuda millonaria con la disquera y proteger el legado musical que durante décadas consolidó. Lo que parecía una despedida honrosa se ha transformado en un proceso legal y financiero complejo, que podría extenderse por meses.