Papa Francisco | ¿Quiénes son sus familiares y el legado que marcó su vida?

Su muerte, provocada por un ictus, fue confirmada por el Vaticano apenas horas después de su última aparición pública durante la celebración del Domingo de Resurrección.

Detrás de su figura histórica como líder de la Iglesia Católica, Jorge Mario Bergoglio, su nombre de nacimiento, tuvo una vida familiar marcada por el sacrificio, la humildad y profundas raíces inmigrantes.

La historia familiar del Papa comienza en 1906, cuando su abuelo Giovanni Angelo Bergoglio dejó la región italiana de Piamonte para instalarse en Turín. Allí, un año después, se casó con Rosa Margherita Vassallo. Juntos tuvieron a Mario Giuseppe Francesco Bergoglio, quien más tarde se convertiría en el padre de Jorge Mario.

Movidos por la esperanza de mejores oportunidades, la familia emigró a Argentina cuando Mario tenía apenas once años. Como recordó el propio Papa en una carta enviada en 1990 al sacerdote Cayetano Bruno: “Un hermano de mi abuelo ya vivía en Paraná y le iba bien. Vinieron a sumarse a la empresa pavimentadora en la que trabajaban cuatro de los cinco hermanos Bergoglio. Papá era el único hijo y pasó a ser contador en la empresa, y se movía entre Paraná, Santa Fe y Buenos Aires”.

La vida en Buenos Aires consolidó los valores que Bergoglio siempre llevaría en el corazón. Mario, su padre, trabajaba en el ferrocarril y era un apasionado del fútbol, especialmente del club San Lorenzo. Su madre, Regina María Sívori, se dedicaba al cuidado del hogar.

Jorge Mario fue el mayor de cinco hermanos: Alberto Horacio, Marta Regina, Óscar Adrián y María Elena. De todos ellos, solo María Elena, actualmente de 76 años, sigue con vida en Argentina. Sobre su relación con ella, el Papa confesó en su autobiografía Esperanza publicada en enero:

“Estar lejos de mi hermana es quizá uno de los sacrificios más grandes que he hecho”, y relató que mantenía el contacto semanalmente llamándola cada domingo.

Las tragedias no fueron ajenas a su vida. Su padre falleció repentinamente de un infarto en 1961, a los 53 años, mientras presenciaba un partido de fútbol junto a su hijo Alberto. Francisco, que ya había ingresado en la orden de los jesuitas, pudo verlo días antes de su muerte, lo que marcó profundamente su vocación de servicio.

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Con la partida de su padre, Jorge Mario asumió un rol paternal hacia su hermana más pequeña, María Elena, reforzando aún más los lazos familiares.

La descendencia de los hermanos de Francisco mantuvo una vida alejada de los reflectores. María Elena tuvo dos hijos: José y Jorge Bergoglio, el primero de los cuales creó una fundación en homenaje a su famoso tío. Por el lado de Marta, dos de sus hijos también dejaron huella: José Luis Narvaja, quien siguió el camino del sacerdocio, y Pablo, dedicado a la enseñanza. Además, el Papa tenía un sobrino nieto futbolista, Felipe Bergoglio, que juega actualmente en un club de la Toscana, Italia.

Entre las figuras más influyentes en la vida del Papa Francisco estuvo su abuela paterna, Rosa Margarita Vassallo de Bergoglio. En la misma carta al padre Bruno, el futuro pontífice recordó el impacto que tuvo su ejemplo:

“La abuela trabajaba en la naciente Acción Católica: daba conferencias por todas partes (hasta hace poco yo tenía una, publicada en un folletito, que había dado en S. Severo de Asti, sobre el tema: ‘San José en la vida de la soltera, la viuda y la casada’). Parece que mi abuela decía cosas que no caían bien a la política de entonces… Una vez le clausuraron el salón donde debía hablar, y entonces lo hizo en la calle, subida arriba de una mesa… Pero no creo que la situación política haya sido el detonante para la migración a Argentina”.

Su valentía, pasión por la fe y sentido de la justicia social fueron rasgos que Bergoglio adoptó y promovió durante su pontificado, siempre enfocado en la defensa de los pobres, los marginados, y la reforma de una Iglesia necesitada de transformación.

Hoy, mientras el mundo despide al líder espiritual, también honra la memoria de los Bergoglio, una familia de migrantes que, con su humildad y fe inquebrantable, sembró las bases del legado de uno de los papas más influyentes de la historia reciente.