Prohíben a Gypsy Rose Blanchard vivir con su hija recién nacida ¿Por qué?
Tras años de encierro y una historia que impactó al mundo la mujer intenta construir una nueva vida.
A sus 33 años y con su libertad aún condicionada, enfrenta un obstáculo profundamente personal: no puede vivir con su pareja, Ken Urker, ni con su hija recién nacida, Aurora Raina Urker, debido a las restricciones legales que pesan sobre ella hasta el 25 de junio de 2025.
Desde su liberación en diciembre de 2023, luego de cumplir ocho años de prisión por su implicación en el asesinato de su madre, Clauddine “Dee Dee” Blanchard, Gypsy ha estado bajo un estricto régimen de libertad condicional. Esta nueva etapa la obliga a vivir separada de su familia, lo que ha puesto a prueba su fortaleza emocional y la solidez de su relación amorosa.
“Ahora todo va al día”, confesó en el episodio del 19 de mayo del reality Gypsy Rose: Vida después del encierro. “Así que estamos improvisando. Es difícil mantener una relación cuando vives en dos lugares separados y tienes horarios que interfieren”.
Ken Urker, quien retomó su relación con Gypsy en abril de 2024, también vive los efectos de esta distancia. “Gypsy ha estado fuera toda la semana, y mi pequeña Aurora no está en casa”, expresó con nostalgia. “Definitivamente me siento un poco deprimente en casa. Siento que no tengo ningún propósito durante el día antes de ir a trabajar. Siento que tengo que buscar cosas para ocupar mi tiempo; me siento muy solo”.
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Pese a los desafíos, la esperanza de reunirse como familia alimenta sus planes. En una emotiva conversación con Ken, Gypsy reveló su lista de deseos para cuando recupere por completo su libertad: “Mudarme contigo”, dijo con determinación. También sueña con viajar a Hawái, Las Vegas e Islandia, beber en un bar y hablar con presos sobre la reforma penitenciaria.
Ken, profundamente comprometido, no oculta su entusiasmo ante lo que está por venir. Durante una salida al museo donde Gypsy liberó una mariposa, compartió una reflexión conmovedora: “Libertad, salir al mundo y poder disfrutarlo, algo que Gypsy nunca ha podido hacer”, dijo. “Y va a mejorar aún más en unos meses, cuando salga de la libertad condicional. Podremos viajar y ver más cosas. Ha sido la mejor madre que podría desear para mi hija”.
“Estoy súper orgulloso de poder acompañarla en este viaje. Los tres estamos experimentando la vida de una forma completamente nueva. Ha sido glorioso. Disfruto cada minuto. Soy más feliz que nunca”, añadió.
Su compromiso va más allá de las palabras: Ken ya compró un anillo de compromiso que planea entregar cuando Gypsy obtenga su libertad total. “Quiero unirnos como familia. Sé que Gypsy es la compañera con la que quiero vivir. Y quiero criar a nuestra hija juntos lo más fuerte posible. Se trata de asegurarle que estoy comprometido con nosotros. No hay nadie más con quien quiera experimentar la vida que con ella”.
Gypsy Rose, quien alguna vez fue símbolo de una historia trágica y manipulación extrema, ahora representa una lucha por reconstruir la vida desde el amor, la maternidad y la esperanza. Pero hasta que la justicia no le permita cruzar esa última frontera, su hogar permanece dividido, a pesar del profundo deseo de volver a estar completos.