Tim Curry revela cómo un masaje le salvó la vida tras sufrir un derrame cerebral

En su reciente libro Vagabond, el actor británico cuenta uno de los momentos más críticos de su vida y ofrece un tributo lleno de gratitud.

El actor Tim Curry / AFP

A los 66 años, mientras recibía un masaje en su casa de California, Tim Currysufrió un derrame cerebral grave que dejó heridas de por vida, pero gracias a la intervención de esa persona, pudo sobrevivir.

El episodio ocurrió en 2012. Curry afirma que no sintió ninguna señal de que algo estaba mal: “No perdí el conocimiento. Ni siquiera me sentí raro o como si algo estuviera mal. De hecho, no tenía idea de que algo anduviera mal en absoluto”, escribe en Vagabond. Cuando su masajista decidió llamar al 911 pese a sus negativas, tomó una decisión que resultó fundamental: “Probablemente le debo la vida al hecho de que me ignoró, siguió su instinto y llamó a una ambulancia”. Las palabras de Curry revelan la tensión del momento: mientras los paramédicos lo cargaban, él creía que se estaba exagerando el peligro.

En el hospital, los médicos confirmaron que había sufrido un accidente cerebrovascular isquémico severo, con coágulos que comprometieron su flujo sanguíneo cerebral. El tratamiento fue urgente: se le practicó una craneotomía de emergencia, una operación en la que se abre parte del cráneo para aliviar la presión cerebral y extraer los coágulos. En una entrevista con People, Curry relató: “Solo después de que la cirugía se completó me informaron que había sufrido un derrame cerebral grave”, describiendo los mecanismos del daño cerebral: “Biológicamente, esos coágulos realmente obstruyen todo … tu cerebro no obtiene el oxígeno que necesita”.

La recuperación fue ardua. Durante semanas quedó sin poder comunicarse, lo cual fue una prueba de gran angustia para alguien cuya carrera depende del habla. Aun así, Curry considera que una de sus mayores fortunas fue no perder esa capacidad: “Todavía me siento muy agradecido de que no haya sido un derrame que afectara el habla, porque perder la capacidad de usar palabras habría sido devastador para mí”, afirma. Con el tiempo, el lenguaje regresó, pero las secuelas físicas permanecieron: hoy usa silla de ruedas y tiene limitaciones motrices, especialmente en su pierna izquierda, lo cual ha modificado profundamente su vida.

A sus 79 años, el actor ha adaptado su carrera para ajustarse a sus condiciones actuales. En recientes declaraciones a People, admite que “todavía no puedo caminar, lo que es limitante … tengo problemas reales con mi pierna izquierda”. Pese a ello, Curry continúa activo, especialmente en el ámbito de la actuación de voz, participando en producciones como Star Wars: The Clone Wars y la película animada Ribbit.

En Vagabond, Curry detalla no solo el episodio de salud, sino también su trayectoria artística y su transformación personal. En una reseña publicada por AARP, él define la escritura del libro como un espacio para reflexionar sobre su vida, su legado y las heridas que lo acompañan. (AARP) Su experiencia lo ha hecho consciente de la fragilidad humana y del valor de los instantes que se viven con sentido.

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Uno de los pasajes más intensos de sus memorias alude a ese momento en que no tuvo conciencia de lo que estaba pasando. “Si algo me quedó claro después de todo, fue lo extraordinario que era seguir con vida. … Lo único que realmente recuerdo haber pensado fue: ‘Pero no sentí… nada’”, relata Curry, dejando entrever el misterio de un cuerpo que falló sin avisos.

El reconocimiento que Curry expresa hacia su masajista no es solo un agradecimiento personal: es un testamento sobre la importancia del instinto humano frente a lo inesperado. Esa decisión ajena, llamar a emergencias pese a la resistencia del paciente, puede marcar la frontera entre la vida y la muerte.

La historia de Tim Curry es, en suma, una crónica de fragilidad, reinvención y gratitud. Un derrame cerebral inesperado lo obligó a reconstruir su identidad física, pero su voz, su memoria y su pasión artística siguen siendo su motor. Vagabond relata ese trayecto con honestidad cruda y lealtad a su verdad vital: sobrevivir no fue solo suerte, sino el resultado de un acto valiente y consciente.

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