El arte y los valores islámicos adaptados a la última moda en Teherán

La diseñadora hispano-marroquí Soumia Elouali Hanini expone sus diseños de burkini el VII Festival Fayr de Moda de Teherán.
La diseñadora hispano-marroquí Soumia Elouali Hanini expone sus diseños de burkini el VII Festival Fayr de Moda de Teherán. / EFE
Efe
04 de marzo 2018 - 08:08

Vestidos convertidos en soporte para mostrar la historia de Irak, miniaturas iraníes o los famosos burkinis de una diseñadora española tienen cabida estos días en el variado festival de moda islámica de Teherán.

En la sala Vahdat del centro de la capital iraní, se presentan tanto las últimas tendencias de diseñadores iraníes como una selección de vestimentas procedentes de países como España, Francia, Irak, la India y Rusia.

La subdirectora de la sección internacional del VII Festival Fayr de Moda, Mona Talashan, explicó a Efe que el objetivo del evento es "mostrar elementos iraníes, orientales e islámicos en diseños modernos".

Los criterios para la selección de los diseñadores extranjeros se basaron en los motivos decorativos empleados, con influencia iraní o islámica, y en el potencial uso de esos ropajes por las mujeres musulmanas, señaló Talashan.

Siguiendo este concepto de respeto de los valores islámicos y de Irán, país en el que las mujeres tienen que cubrir completamente su cuerpo, incluido el cabello, el Festival Fayr invitó a la diseñadora hispano-marroquí Soumia Elouali Hanini.

Vestidos diseñados por el Instituto de Arte Contemporáneo y de Moda de Irak expuestos en el VII Festival Fayr de Moda de Teherán.
Vestidos diseñados por el Instituto de Arte Contemporáneo y de Moda de Irak expuestos en el VII Festival Fayr de Moda de Teherán. / EFE

Esta diseñadora, artífice de la marca Sumaya, aseguró a Efe que sus burkinis son "aptos para el estilo de vida de la mujer musulmana, para que pueda bañarse en la playa o la piscina y practicar deporte".

La idea de diseñarlos le surgió después de observar que las mujeres en el norte de África se bañaban con camisetas y mallas de algodón, que al tardar mucho en secarse provocan problemas de salud como infecciones de orina.

Empleando la misma tela que los bañadores, pero unos cuantos metros más, confeccionó unos burkinis que también son adquiridos por mujeres no musulmanas que deben protegerse del sol porque han sufrido por ejemplo cáncer de piel.

Hanini espera poder ser "pionera" con sus burkinis en Irán, donde no hay un diseñador local, y que de este festival puedan surgir colaboraciones con distribuidores locales.

En este sentido, Aida Sanz, la encargada de relaciones internacionales de ExpoHalal España, feria dedicada al sector de la alimentación, el turismo y la moda islámicos, subrayó que "las perspectivas son muy buenas".

"Es un producto que todavía no tiene mucha entrada en Irán, viene a través de Turquía normalmente, y estamos muy contentas porque está siendo muy bien aceptado" entre el público iraní, agregó Sanz, a quien contactaron desde el Festival Fayr para que por primera vez hubiera representados en el mismo diseñadores españoles.

Ropa deportiva también expuso la marca francesa Scheyda, mientras que otros países optaron por diseños con un toque artístico e incluso de alta costura.

La diseñadora rusa afincada en España Natalia Veselovskaya trajo una muestra de sus caftanes o túnicas decoradas con las miniaturas típicas del arte persa.

"Las miniaturas son muy delicadas y los motivos islámicos muy atractivos", comentó a Efe Veselovskaya, quien también tiene diseños inspirados en la Edad Media y en cuadros de pintores como Picasso o Gauguin.

Esta pintora de formación emplea distintos tipos de tejidos pero siempre sobre la base del caftán, que le permite contar con un espacio más amplio para sus bordados.

También llamativos eran los bordados a manos de los vestidos del Instituto de Arte Contemporáneo y de Moda de Irak, centrado en difundir la cultura y la historia de su país.

"La idea es mostrar la historia y el folclore de Irak a través de los vestidos. Cada uno de ellos es un monumento", dijo a Efe el diseñador iraquí Ali Muhamad.

Uno de los modelos expuestos estaba inspirado en la Puerta de Istar de la antigua Babilonia, mientras que otro mostraba el Código de Hammurabi y un tercero los famosos toros alados destruidos por el grupo yihadista Estado Islámico (EI) en el norte de Irak.

Unos diseños cuya elaboración conlleva seis o siete meses y cuyos precios superan los 4 mil dólares, según precisó Muhamad.

Prendas muy distintas expuestas en Teherán con el objetivo común de adaptar a la moda actual el arte y la cultura de los países islámicos.

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