Estudio del Smithsonian muestra aumento de ataques de orcas a ballenas jorobadas

En la imagen, ballenas con cría.
En la imagen, ballenas con cría. / STRI/Eduardo Estrada

Un nuevo estudio del Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales (STRI) revela que podrían estar aumentando los ataques de orcas, también conocidas como ballenas asesinas, a ballenas jorobadas en el Pacífico Sudoriental.

El trabajo publicado en la revista científica Endangered Species Research presenta el análisis de las cicatrices que se han observado en más de 3 mil colas de ballenas jorobadas, por el resultado de encuentros con orcas.

Buscaban evidencias en colas y aletas de estos cetáceos.

"Nos dimos a la tarea de descubrir dónde, cuándo y a qué edad las ballenas jorobadas son atacadas por las orcas en el Pacífico Sudoriental", comentó Héctor M. Guzmán, ecólogo marino del Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales.

Las orcas, Orcinus orca, como los humanos, son súper-depredadores. Estos animales pueden alimentarse de más de 20 especies distintas de cetáceos, pero por lo general prefieren lobos marinos, osos marinos, peces y aves marinas.

“Debido a que las posibilidades de observar cicatrices en ballenas jóvenes aumentaron en los últimos 20 años, creemos que los ataques de orcas sobre ballenas jorobadas pueden ser más comunes ahora, tal vez debido a la recuperación de las poblaciones reproductoras en el Pacífico Sudoriental después de que se prohibió la caza de estas ballenas", comentó Juan Capella, autor y biólogo marino de Whalesound, Ltd. en Chile.

El STRI detalló en un comunicado que un equipo internacional “estudió fotos de ballenas colectadas en áreas de cría tropicales y poco profundas” del Archipiélago de las Perlas en Panamá, Isla Gorgona y de la Bahía de Málaga en Colombia, y en Salinas y Machalilla en Ecuador.

Especialistas buscaron evidencias de ataques de orcas en fotos de las colas y aletas de ballenas jorobadas.
Especialistas buscaron evidencias de ataques de orcas en fotos de las colas y aletas de ballenas jorobadas. / STRI/Héctor Guzmán

También en áreas de alimentación en aguas frías del Estrecho de Magallanes en Chile y el Estrecho de Gerlache en la Península Antártica occidental.

Los investigadores descubrieron que el 11.5% de las ballenas adultas y el 19.5% de las crías mostraban cicatrices de mordidas de orcas, cifras similares a las reportadas en el Pacífico Norte, el Atlántico Norte, el este de Australia, Tonga y Nueva Caledonia.

"La cantidad de cicatrices en una ballena no parece cambiar de un año a otro, lo que sugiere que las orcas atacan principalmente a las crías durante la temporada de reproducción en los trópicos y/o durante su primera migración. Las cicatrices se mantienen por el resto de sus vidas", comentó Fernando Félix, biólogo marino de la Pontificia Universidad Católica y del Museo de Ballenas en Ecuador.

Debido a que había una mayor proporción de ballenas jóvenes con cicatrices de orcas en las áreas de alimentación que en los sitios de reproducción, los investigadores concluyeron que los animales jóvenes son el blanco preferido de las orcas.

Las ballenas hembras que fueron atacadas por orcas cuando eran crías, produjeron un mayor número de crías que las hembras sin cicatrices, lo que sugiere que tal vez fueron mejores para evadir a las orcas y defender a sus crías del ataque porque en el pasado habían sobrevivido a uno, mencionó el Smithsonian en una nota de prensa.

"Queremos resaltar la importancia de los estudios transnacionales para comprender mejor los entornos marinos y sus habitantes, ya que deseamos recomendar políticas que funcionen tanto para la salud de los océanos como para los beneficiarios de su riqueza", destacó el ecólogo marino Guzmán.

Las afiliaciones de los autores también incluyen Fundación Yubarta, Colombia e Instituto de la Patagonia, Chile.

Con información del Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales.

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