Crece la alarma mundial ante la ola de contagios de COVID-19 en China

Una mujer entra a un hospital en China
Una mujer entra a un hospital en China / EFE
AFP
29 de diciembre 2022 - 06:26

Pekín, China/Estados Unidos se sumó a un creciente número de países en imponer restricciones a los viajeros procedentes de China, luego de que Pekín levantó súbitamente el mayor impedimento a los viajes internacionales pese a una ola local de contagios.

Hospitales en toda China se han visto desbordados por una explosión de casos de coronavirus después del desmantelamiento de la política "cero covid", que contuvo los contagios pero golpeó la economía y desató protestas.

El país anunció el lunes que levantaría la exigencia de hacer cuarentena a las personas llegadas del extranjero, lo que llevó a numerosos chinos a planificar viajes internacionales.

En respuesta, varios países como Estados Unidos anunciaron que exigirían pruebas negativas de covid-19 para admitir a visitantes procedentes de China.

"El reciente incremento rápido en la transmisión del covid-19 en China aumenta el potencial de surgimiento de nuevas variantes" del virus, dijo a periodistas un alto cargo estadounidense de salud.

Pekín ha brindado información limitada sobre las variantes que circulan en China, según el funcionario, y el control y los reportes de nuevos contagios también han disminuido.

Italia, Japón, India y Malasia también anunciaron medidas restrictivas para resguardarse de la importación de variantes desde China.

Pekín criticó la "exageración, difamación y manipulación política" de la prensa occidental . 

"En los últimos tres años hemos respondido efectivamente a cinco olas mundiales de infecciones, ganando tiempo precioso para el desarrollo de vacunas y medicinas", respondió el jueves el portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores, Wang Wenbin.

China aún no admite la entrada de visitantes extranjeros, y mantiene suspendida la emisión de visados para turistas internacionales y estudiantes.

Pero el levantamiento de la cuarentena obligatoria despertó un enorme interés entre los habitantes de China por viajar al exterior, después de estar en gran medida confinados en su propio país desde que Pekín impuso restricciones en marzo de 2020.

Italia anunció el miércoles que exigirá pruebas del coronavirus para quienes lleguen procedentes de China.

A su vez, el presidente francés, Emmanuel Macron, pidió "medidas adecuadas para proteger" a su población, y aseguró que su gobierno vigila "la evolución de la situación en China".

La Comisión Europea deberá reunirse el jueves para discutir "posibles medidas para un enfoque coordinado" de la Unión Europea a los contagios en China.

"Discriminatorias"

Chinos en el aeropuerto internacional de Pekín se mostraron generalmente comprensivos el jueves con las medidas.

"Es bueno ver que nuestras fronteras reabren", comentó un pasajero que iba a Budapest.

"Cada país tiene sus propias políticas. Nosotros las seguimos y vamos donde necesitamos ir", agregó.

Pero un hombre de 22 años de apellido Hu señaló que las reglas son innecesarias y "un poco discriminatorias".

"Nuestra política de covid para llegadas internacionales se aplica por igual", señaló, "¿por qué otros países tienen que darle un trato especial a los viajeros de China?".

Otro hombre llamado Qiu Yilong admitió en el centro de Pekín que los viajeros deben aceptar las reglas porque "no hay opción".

Pacientes acumulados

En tanto, los hospitales chinos luchan por hacer frente al aumento de contagios, que afectan especialmente a ancianos y personas vulnerables.

Periodistas de AFP observaron el jueves en un hospital de Shanghái cuando pacientes con mascarilla eran bajados de varias ambulancias.

Escucharon a un paciente discutiendo con el personal del hospital después de esperar cuatro horas para recoger su medicamento.

En Tianjin, unos 140 km al suroeste de Pekín, AFP visitó dos salas de hospital repletas de pacientes con el virus.

Un médico contó que les pidieron trabajar incluso si resultan contagiados.

AFP observó más de una veintena de pacientes, en su mayoría ancianos, tendidos en camillas en áreas públicas del departamento de emergencias, y al menos un cadáver retirado de una sala.

"La espera por ver un médico es de cuatro horas", le dijo un funcionario a un anciano que dijo tener covid-19. "Hay 300 personas antes que usted".

La Comisión Nacional de Salud de China anunció la semana pasada que dejaría de publicar el recuento diario de muertes por el coronavirus.

Pero con el fin del testeo masivo y la decisión china de modificar la definición de muertes por covid, tales cifras ya no son creíbles para algunos analistas.

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