Australia debe interpretar toma de rehenes como "advertencia"
La toma de rehenes de Sídney ha sido una "advertencia" para las autoridades australianas, que deben sacar lecciones de este drama, reconoció este jueves el primer ministro Tony Abbott.
Paralelamente, comienzan a surgir detalles sobre el desenlace de la tragedia, que se saldó con la muerte de dos de los rehenes y del autor del secuestro, un desequilibrado, islamista y con un pasado violento.
Man Haron Monis se encontraba en libertad bajo fianza tras haber sido acusado de complicidad en la muerte de su exesposa. El hombre, de origen iraní, también era indagado por la justicia por decenas de agresiones y abusos sexuales.
Fue abierta una investigación para determinar porqué no se encontraba bajo vigilancia cuando tomó a 17 personas como rehenes el lunes en el Lindt Chocolat Cafe, en pleno corazón de Sídney. Numerosas voces también se han alzado preguntando porqué se encontraba en libertad.
"Es una advertencia atroz", reconoció el primer ministro en declaraciones a la radio Macquarie. "Esta tragedia que se ha producido. Esta atrocidad podría haber sido evitable, por lo tanto la importancia de una investigación rápida y exhaustiva", añadió.
Aún se ignora qué fue lo que precipitó la intervención de los comandos de élite de la policía hacia las 02H20 locales del martes (15H20 GMT del lunesi) tras 16 horas de sitio del lugar. La policía no ha dicho nada sobre el desarrollo de los acontecimientos.
Pero el padre de uno de los 17 rehenes que salieron indemnes del lugar explicó que todo comenzó cuando una parte de los secuestrados se decidió a actuar.
Bruce Herat, padre de Joel, de 21 años de edad, explicó que Monis estaba muy agitado y había empezado a dividir a los rehenes asustados en grupos separados. "En ese momento, Joel y otros cinco (rehenes) llegaron a la conclusión de que no sobrevivirían hasta la mañana siguiente si no hacían algo", dijo, señalando que habían decidido derribar una de las puertas del café a patadas.
El grupo se precipitó enseguida hacia la salida. Estos rehenes fueron vistos cuando huían corriendo del establecimiento algunos segundos antes de que los policías irrumpieran en el mismo.
La emoción y tristeza de los australianos fueron muy elocuentes tras el drama. Un océano de ofrendas florales fue depositado junto al lugar de la tragedia, y el primer ministro del estado de Nueva Gales del Sur, Mike Baird, declaró que seguramente se erigirá un monumento cerca del café.
"Es algo que quedará para siempre en nuestra memoria. Debemos tomar conciencia y rendir homenaje a estos australianos que hemos perdido, a lo que ellos nos aportaron", dijo.