Comisario pide respeto en velorio de agente caído en Nueva York
Mientras miles de personas se preparan para asistir al velatorio y funeral del segundo policía de Nueva York baleado en una emboscada, el comisario de la policía de la ciudad, William Bratton, instó a sus empleados a abstenerse de realizar declaraciones políticas.
"El funeral de un héroe es para el duelo, no para quejarse", dice Bratton en una nota que se leerá a todos los comandantes el sábado, el mismo día en que se recordará al Wenjian Liu. "No estoy dando ninguna orden, ni hago amenazas de disciplina, sino que recuerdo que cuando uno viste el uniforme de este departamento está obligado por tradición, honor y decencia, a respetarlo".
Las palabras de Bratton hacen referencia a los cientos de agentes que dieron la espalda a las pantallas de televisión cuando mostraron al alcalde, Bill de Blasio, durante una intervención en el funeral del otro policía caído, Rafael Ramos, hace una semana. El gesto imitó a otro realizado por responsables del sindicato policial en el exterior de un hospital hace dos semanas, cuando se produjeron los asesinatos.
Los dirigentes sindicales, que están negociando un contrato con la ciudad, explicaron que estos actos estuvieron causados por su frustración hacia el alcalde. De Blasio, según sostienen, ayudó a fomentar un ambiente contrario a los agentes apoyando las manifestaciones celebradas luego de que un agente blanco matase por asfixia a un hombre negro desarmado en Staten Island.
Liu y Ramos fueron atacados por Ismaaiyl Brinsley el pasado 20 de diciembre cuando estaban dentro de su coche patrulla en una calle de Brooklyn. Brinsley había publicado comentarios en internet haciendo referencia a las muertes de hombres negros desarmados a manos de policías blancos, prometiendo poner "alas a los cerdos".
Los investigadores dicen que Brinsley era un lobo solitario, perturbado emocionalmente, que comenzó su ataque disparando e hiriendo a una ex novia en Baltimore. Más tarde se suicidó.
Los homicidios policiales intensificaron los sentimientos que rodean al ya de por sí tenso debate nacional sobre la conducta de los agentes. Desde el asesinato de Ramos y Liu, la policía de Nueva York ha investigado al menos 70 amenazas contra sus efectivos y más de una docena de personas han sido arrestadas.
El cardenal Timothy Dolan y otros han instado a la calma y pidió a todas las partes que suavicen el tono de su retórica. A principios de esta semana, el alcalde se reunió con los dirigentes sindicales.
El velorio de Liu se celebrará en la Funeraria Aievoli de Bensonhurst, Brooklyn. Su funeral está previsto para el domingo y constará de una ceremonia china, encabezada por monjes budistas, y otra tradicional de la policía con elegías y un capellán. Luego será enterrado en el cementerio Cypress Hills.
El policía de 32 años llevaba siete años en el cuerpo y se había casado dos meses antes de su muerte. Su viuda, Pei Xia Chen, emitió un emotivo comunicado días después del tiroteo.
El funeral por Ramos tuvo lugar el pasado sábado. Decenas de miles de policías y otros acudieron a una iglesia de Queens para presentar sus respetos. El acto de Liu se retrasó para que sus parientes de China pudiesen obtener visados y viajar a Nueva York.