Ofensivas paralelas atenazan a los yihadistas al norte de Siria
La presión crece sobre los yihadistas del grupo Estado Islámico (EI) en el norte de Siria, con las ofensivas paralelas de las tropas del régimen, apoyadas por los rusos, y de los combatientes de una alianza árabo-kurda apoyada por Estados Unidos.
En el primer día de ramadán, bombardeos contra un mercado en el este del país mataron al menos a 17 civiles, la mitad de ellos niños.
La presión crece día a día contra el EI que, dos años después de su operación para crear un "califato", también tiene que hacer frente a una importante ofensiva en Irak, donde las fuerzas gubernamentales están luchando para reconquistar Faluya.
El EI, que cuenta entre 19.000 y 25.000 combatientes en los dos países, según estimaciones estadounidenses, tiene que afrontar una doble operación en el norte de Siria.
Según el Observatorio Sirio de los Derechos Humanos (OSDH), las fuerzas del régimen avanzan hacia el sureste y se encuentran a 30 km del aeropuerto de Tabqa y a 24 km del lago Asad, una gran reserva de agua en el valle del Éufrates. Tabqa está situada a unos 50 km al oeste de Raqa, la capital de facto del autoproclamado califato del EI.
Por otra parte, la coalición árabo-kurda de las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS) está a 60 km al norte y no avanza más porque su principal objetivo es tomar Minbej, una localidad estratégica para los kurdos.
"Coordinación 'informal"
La coexistencia de estas dos ofensivas pone en evidencia la cuestión sobre la coordinación entre Moscú y Washington.
"Está claro que hay una cooperación entre Rusia y el ejército estadounidense. Sería imposible llevar a cabo ataques en la misma región sin coordinación", afirmó el lunes a la AFP una fuente del régimen.
Según esta fuente, "existe, desde hace varios meses, en Bagdad un espacio operativo militar común de lucha contra el EI que reúne responsables sirios e iraquíes con la cooperación de rusos y de estadounidenses para coordinar las grandes operaciones contra el grupo yihadista".
Sin embargo para el experto Matthew Henman, con sede en Londres, esta coordinación es hasta ahora "informal".
"Hay quizás una especie de coordinación informal a un alto nivel para evitar confusiones y combates por inadvertencia, pero es poco probable que se trate de una coordinación completa y total", destaca Henman, que dirige el centro de investigación sobre el terrorismo y la insurrección IHS Jane's.
Los yihadistas del EI sufren una ofensiva por parte de las FDS en la provincia de Alepo. Después de haber cruzado el Éufrates, cerca de la frontera turca, las fuerzas árabo-kurdas avanzaban hacia Minjeb.
El EI utiliza esta ciudad estratégica de Minjeb para hacer transitar hombres, armas y dinero de la frontera turca hacia Raqa.
Las FDS, de mayoría kurda, consiguieron desde el 31 de mayo conquistar 42 localidades y granjas en la región en manos de los yihadistas y vigilar el principal eje de suministros entre Minbej y Raqa.
Raqa, 'el último bastión en caer'
Esta ofensiva prueba la complejidad del conflicto sirio, que ha causado más de 280.000 muertos en cinco años y millones de desplazados.
Si los combates por Tabqa y Minbej son estratégicamente importantes, la reconquista de Raqa es la más simbólica porque representaría un duro golpe contra el EI.
Para Matthew Henman, "Raqa será seguramente uno de los últimos o quizás el último bastión del EI en caer en Siria".
"Tanto Damasco como los kurdos quieren ser los primeros en ampararse de Raqa y preferirían que la otra parte no controlara" la ciudad, dice.
Según un informe publicado este fin de semana, el geógrafo especializado en Siria Fabrice Balanche señala que esta ofensiva "está lejos de ser una guerra relámpago que podría llevar a las FDS a la entrada de Raqa". "Antes de que la coalición planifique lanzar una ofensiva final en la ciudad, tiene que ganar a las tribus árabes de la región, ya que algunas de ellas juraron fidelidad al EI", concluye.