Moldavia se encamina a un duelo entre presidente prorruso y opositora eurófila
El presidente moldavo, el prorruso Igor Dodon, se impuso este domingo en la primera vuelta de las presidenciales en Moldavia y enfrentará en balotaje a la eurófila Maia Sandu, según resultados parciales anunciados por la Comisión Electoral.
Tras el recuento del 81% de los sufragios, Dodon se consolidaba a la cabeza con 35% de los votos, seguido de la exprimera ministra Sandu con 31%.
La segunda vuelta de estos comicios, celebrados bajo la atenta mirada de Moscú, tendrá lugar el 15 de noviembre.
"Habéis demostrado vuestro patriotismo y que os importa el futuro de Moldavia", declaró el presidente, de 45 años, tras la celebración de unos comicios que calificó de "correctos, libres y democráticos".
La opositora Sandu se felicitó por la elevada participación entre los moldavos que residen en el extranjero, tradicionalmente favorables a los candidatos de centro-derecha.
Esta antigua república soviética de 3,5 millones de habitantes, situada entre Rumanía y Ucrania, ha sufrido en los últimos años varias crisis políticas.
Las fuerzas favorables a un acercamiento a Rusia y los partidarios de una integración en la Unión Europea (UE) se han alternado en el poder, sin llegar a tener una mayoría clara.
El presidente Dodon promete "continuar con la cooperación beneficiosa con Rusia, el principal socio estratégico de Moldavia" y el aprendizaje obligatorio del ruso en el colegio.
Su homólogo ruso, Vladimir Putin, le ha apoyado abiertamente y ha saludado los "esfuerzos realizados" por Dodon para construir relaciones con Moscú.
En cambio, Sandu, que fue primera ministra entre junio y noviembre de 2019, apuesta por un acercamiento de Moldavia con la UE y la creación de empleos para frenar el éxodo masivo de la población al extranjero.
- ¿Rusia o la UE? -
"Estas elecciones tienen un valor de referéndum sobre el mandato de Dodon", dice Valeriu Pacha, del grupo de reflexión WatchDog Moldavia.
Según él, los moldavos podrán elegir entre la vía de la "integración europea más intensa --un campo donde Moldavia registra muchos retrasos--" o la continuación del régimen actual, "totalmente subordinado al Kremlin".
Considerado uno de los países más pobres de Europa, Moldavia es conocida por su industria vinícola y por un conflicto con separatistas prorrusos, en Transnistria, que se separó en 1992 tras una guerra rápida. Moscú tiene tropas desde entonces en esta región.
En 2014, Moldavia firmó un acuerdo de asociación con la UE, provocando la furia de Rusia. En respuesta, el Kremlin impuso un embargo a las exportaciones de productos agrícolas moldavos, un duro golpe para la economía local.
Seis años después, pese a que las sanciones se han ido levantando, la UE ha destronado a Rusia como principal socio comercial de Moldavia.
En los últimos años, importantes escándalos de corrupción entre las élites moldavas han puesto en riesgo la ayuda financiera vital de Occidente.
"Queremos mejores condiciones de vida, escuelas para los niños y sobre todo paz. No queremos más querellas entre los políticos", dice Marin Ioan, un jubilado de Soroca (sur).
Antes de la primera vuelta, los expertos hablaron de la posibilidad de un "escenario" bielorruso, donde la polémica reelección en agosto de Alexander Lukashenko ha generado un movimiento de protesta sin precedentes.
En este sentido, Moscú acusó a Estados Unidos de querer fomentar una revolución, siguiendo el modelo de Bielorrusia y el de Kirguistán, donde también hubo protestas.
Unos 2.200 observadores han sido desplegados en el país.