Avanza en Brasil esperado juicio por incendio en discoteca que dejó 242 muertos
Brasil/El esperado juicio por el incendio de la discoteca brasileña Kiss empezó este miércoles con dramatismo en el estado de Rio Grande do Sul (sur), casi nueve años después de la tragedia en la que murieron 242 personas, y por la cual sobrevivientes y familiares aún claman justicia.
En el proceso, cuatro acusados -dos miembros de la banda musical que tocaba en concierto cuando se desencadenó el incendio y dos empresarios- son juzgados bajo cargos de homicidio simple en 242 casos y tentativa de homicidio en 636, ante un jurado popular en un tribunal de Porto Alegre, informó la justicia estatal.
"No soy un asesino", gritó entre llantos al ingresar al tribunal Luciano Bonilha Leão (44), uno de los dos músicos acusados.
La madrugada del 27 de enero de 2013, durante una fiesta en el local ubicado en la ciudad de Santa María, un integrante del grupo "Gurizada Fandangueira" encendió un artefacto de pirotecnia que prendió fuego al revestimiento y convirtió el lugar en una trampa mortal para un millar de jóvenes asistentes.
Además de sufrir quemaduras, muchos murieron asfixiados por la nube tóxica despedida por el material inflamable en el techo del lugar, sin extintores que funcionaran y con solo dos puertas frontales para evacuar a una multitud, según la investigación, que también halló una señalización deficiente.
El juez Orlando Faccini Neto y un jurado de siete miembros escucharán los testimonios de 14 sobrevivientes, otros 19 testigos y de los cuatro acusados, en un juicio transmitido en vivo.
El proceso, histórico en la justicia brasileña, podría extenderse por unas dos semanas.
La primera en responder preguntas fue Kátia Giane Pacheco Siqueira, exempleada de Kiss.
"Grité que no quería morir", relató, sobre la noche del incendio, y lloró al recordar los 21 días que pasó internada con quemaduras en 40% del cuerpo.
La política del lugar era "cuanto más gente dentro, mejor", señaló.
Después se presentó Kellen Ferreira, una sobreviviente cuya pierna derecha fue amputada y sufrió quemaduras que dejaron cicatrices en sus brazos. "La última vez que corrí fue para intentar salvarme de la muerte", dijo.
Los acusados
Bonilha Leão, que era productor musical, junto al músico Marcelo de Jesus dos Santos (41), son los exmiembros de la banda señalados por el ministerio público por su responsabilidad en el uso de la pirotecnia que desencadenó el incendio. Y por salir del local sin alertar al público, pese a tener acceso a un sistema de sonido, indicó el tribunal.
En tanto, Elissandro Callegaro Spohr (38) y Mauro Londero Hoffmann (56), dos socios de la discoteca Kiss, son señalados por la fiscalía por rebasar el local, sin condiciones de evacuación ni seguridad contra incendios, y por el uso como revestimiento de un material "altamente inflamable", informó el Tribunal de Justicia de Rio Grande do Sul.
La fiscalía sostiene que los delitos fueron practicados con "dolo eventual", es decir, cuando el acusado asume el riesgo de un resultado, aun sin intención de provocarlo.
Tras el incendio, los acusados pasaron un tiempo en prisión preventiva. Pero fueron liberados tras algunos meses.
Incluyendo otras causas derivadas del incendio, alrededor de 50 personas debieron responder ante la justicia por la tragedia, según el portal de noticias G1.
Familiares presentes
Alrededor de un centenar de familiares y sobrevivientes viajaron unos 300 kilómetros desde Santa María a Porto Alegre para asistir al juicio.
"Estamos comenzando el proceso de justicia", dijo a la AFP Paulo Carvalho, miembro de la Asociación de Familiares de Víctimas y Sobrevivientes de la Tragedia.
"Nadie quería matar (...) pero después de todo este tiempo, es muy evidente con toda la información en los procesos que los propietarios (de Kiss) y los miembros del grupo cometieron crímenes con dolo eventual", añadió Carvalho, padre de Rafael, fallecido en la discoteca.
Aunque "no es suficiente juzgar solo a cuatro personas, es una parte importante" de la justicia esperada por nueve años, señaló.