Bolsonaro reitera que petróleo que llegó a playas de Brasil es 'extranjero'
El presidente brasileño, Jair Bolsonaro, insistió este lunes en que el petróleo que se ha vertido en más de un centenar de playas del noreste del país tiene origen extranjero y aseguró que el asunto es investigado por las autoridades.
"Puede ser criminal, puede ser accidental, puede ser un navío que naufragó", dijo Bolsonaro a periodistas sobre las densas manchas de petróleo crudo que comenzaron a aparecer el mes pasado y ya afectan a 132 playas atlánticas de los nueve estados del noreste del país.
El mandatario dijo que, con las investigaciones realizadas hasta ahora por las autoridades, ya hay "en el radar un país que puede ser el origen del petróleo", aunque optó por no citarlo y sólo añadió que el Gobierno sigue "trabajando" en el asunto "de la mejor manera posible".
Por el momento, el estatal Instituto Brasileño del Medio Ambiente y los Recursos Naturales Renovables (Ibama) ha informado de que los análisis realizados a las muestras recogidas en las playas dicen que se trata de petróleo crudo y de un tipo que no se produce en Brasil.
En el análisis de esas muestras han participado también técnicos de la Marina y de la empresa estatal Petrobras, que opera en aguas profundas del litoral atlántico brasileño, pero la coincidencia es que el crudo que ha llegado a las playas tiene origen extranjero.
El ministro de Medio Ambiente, Ricardo Salles, se trasladó este lunes al estado de Sergipe y recorrió algunas de las playas a las que ha llegado ese petróleo de origen desconocido.
Tras visitar las playas y sobrevolar la región en helicóptero, Salles escribió en su cuenta en la red social Twitter que, desde el pasado 2 de septiembre, los equipos de diversos organismos oficiales han retirado de las costas del noreste "más de 100 toneladas de residuos de petróleo" y que continúan en las tareas de limpieza.
El vertido ha afectado la fauna de esa región y muchas tortugas y aves han sido encontradas en las playas bañadas en petróleo, aunque se desconoce aún el impacto total de un fenómeno que ha alejado a los visitantes del mar en una de las zonas más turísticas de Brasil.