Correa dejó oír su mensaje político pese a no estar oficialmente en campaña
El presidente de Ecuador, Rafael Correa, es el gran ausente en la papeleta para las elecciones del domingo, pero se ha mantenido plenamente presente con su mensaje político, incluso durante el periodo de campaña que se cierra hoy, al igual que lo ha hecho durante sus diez años en el poder.
Una reforma en la Constitución, aprobada en 2015, permite la reelección indefinida de cargos de elección popular, medida que entrará en vigor en mayo de este año, por lo que el mandatario no puede buscar un nuevo periodo, si bien él mismo ha expresado su deseo de dejar por un tiempo la política y marcharse a vivir fuera del país.
Por su calidad de jefe de Estado y su característica manera de gobernar, la figura del mandatario se ha mantenido en la última década en primera línea de la vida política del país.
La oposición teme que el peso de la figura de Correa incline la balanza en favor del candidato oficialista, Lenín Moreno, aunque también hay analistas que creen que el apasionado carácter del gobernante podría hacerle sombra y hasta trasladarle los odios que ha cosechado.
Lo cierto es que aunque no figura en la papeleta, la voz de Correa resuena en el devenir electoral, a veces por voluntad propia, como cuando comenta declaraciones de quienes lo quieren suceder.
Otras veces, el gobernante sale a la palestra arrastrado por las circunstancias, ante lo que considera una "campaña sucia" en contra de su Gobierno.
Así por ejemplo, los comentarios de Correa en Twitter durante una reciente presentación de los candidatos presidenciales coparon más la atención que las intervenciones de los ocho postulantes.
Durante la transmisión, las redes sociales fueron un laberinto de comentarios sobre los trinos de Correa, quien refutó aseveraciones de los contendientes de Moreno en su siguiente informe de labores.
Pero si sus comentarios sobre los candidatos han estado en primera fila de la arena política, su voz ha retumbado también en los últimos días contra lo que llama una "campaña sucia" para perjudicar al binomio oficialista, en el que su vicepresidente, Jorge Glas, busca la reelección.
Y es que la campaña electoral encontró a Ecuador con la mirada puesta en la empresa estatal Petroecuador, donde se investigan casos de presunta corrupción, y en los supuestos sobornos entregados por la brasileña Odebrecht.
Estos escándalos colocaron el foco del interés público en el Gobierno liderado por Correa, en especial cuando se supo que su exministro de Hidrocarburos Carlos Pareja Yannuzzelli era uno de los supuestos implicados en delitos de corrupción.
La situación empeoró aún más cuando, desde Miami, Pareja Yannuzzelli, quien es buscado por la Interpol, trató de involucrar a Glas quien, de su lado, asegura que todo es una "farsa".
Correa repudió las palabras de Pareja Yannuzzelli, que -dijo- sí afectaron en algo a la intención de voto para la candidatura oficialista y alertó a la ciudadanía de que los ataques al Gobierno iban a continuar.
Y así, entre rechazos a acusaciones no probadas por parte del exministro y el contraataque, la voz de Correa se ha escuchado en época electoral más de lo que se esperaba, pues se preveía su impulso al "Sí" en una consulta popular en la que los ecuatorianos se pronunciarán, también el domingo, sobre la prohibición a los cargos de elección popular de poseer bienes en paraísos fiscales.