El cuarto intento de vencer al chavismo en manos de su más claro enemigo
El Parlamento venezolano contará con una nueva directiva desde este sábado y a la cabeza estará el partido Voluntad Popular (VP), una de las cuatro formaciones opositoras más grandes y de ellas la más radical al plantear la necesidad de poner fin al chavismo que gobierna el país suramericano desde 1999.
VP, fundado por el opositor preso Leopoldo López, asumirá el liderazgo de la Asamblea Nacional (AN, Parlamento) en el cuarto año consecutivo desde que la oposición ganó la mayoría de los escaños y luego de que lo hicieran representantes de los partidos Acción Democrática (AD), Primero Justicia (PJ) y Un Nuevo Tiempo (UNT) respectivamente.
La presidencia de la Cámara recae este año sobre la organización que se dice "más criminalizada y perseguida" por el Gobierno chavista que a su vez la ha señalado como terrorista y ha acusado a sus dirigentes de planes violentos, por lo que varios de ellos están hoy presos, inhabilitados políticamente o exiliados.
Fue VP la formación que alentó más que ninguna otra las manifestaciones antigubernamentales de 2014 para pedir la renuncia del presidente venezolano, Nicolás Maduro, y que se saldaron con 43 fallecidos, un centenar de heridos y otro tanto de detenidos, entre ellos López, condenado a casi 14 años de prisión.
La llamada tolda naranja también lidera la defensa de los "presos políticos" en el país caribeño y cada semana denuncia supuestas violaciones de derechos humanos contra más de 300 venezolanos que están procesados, según ellos, únicamente por disentir de la revolución bolivariana.
Una vez que el antichavismo asumió el mando en el Legislativo, la formación de López manifestó su intención de usar ese poder para poner fin al chavismo, al que tachó de dictadura antes que cualquier otra formación y al que denuncia como un régimen que comete crímenes de lesa humanidad.
Solo el hecho de la presidencia del Parlamento es un reflejo del precio que ha tenido que pagar VP por sus planteamientos pues la oposición ya adelantó que el joven diputado Juan Guaidó será investido como máxima autoridad de la Cámara este sábado cuando se instale la nueva directiva.
El legislador terminará en este puesto accidentalmente luego de que otros tres dirigentes con mayor influencia en el partido fueran sacados del juego político de diferentes formas, todas relacionadas con la persecución chavista, según ellos mismos alegan.
Además, la presidencia de Guaidó arranca con una prueba de fuego pues el 10 de enero Maduro jurará como presidente reelegido tras haber triunfado en unas elecciones señaladas de fraudulentas en las que no participó el grueso de la oposición y que no son reconocidas por numerosos Gobiernos extranjeros.
El ala más radical y con menor influencia en el antichavismo ha pedido que la AN asuma este mes el mando del Ejecutivo en vista de las circunstancias actuales, pero hasta ahora la idea parece no reunir los apoyos necesarios para siquiera ser discutida en el pleno de la Cámara.
Lo que sí es previsible es que la nueva directiva ratifique el no reconocimiento de Nicolás Maduro como jefe de Estado, pues en el pasado ya declaró el abandono del cargo del líder chavista debido a la prolongada crisis económica que atraviesa el país petrolero sin que el Ejecutivo tome correctivos eficaces.
Sin embargo, todas las decisiones parlamentarias seguirán encontrándose con el freno que le impuso el Supremo al Legislativo por supuestamente estar en desacato, lo que ha hecho que Maduro actúe sin rendir cuentas a los diputados desde 2016.
Con VP a la cabeza del único poder en manos de la oposición la posibilidad de nuevo diálogo político es más remota debido a sus críticas por las negociaciones anteriores que terminaron sin ningún acuerdo y que sirvieron, según la formación, solo para oxigenar la legitimidad del Gobierno chavista.
Con todo, falta ver cuánta influencia tendrá López en el nuevo rumbo del Parlamento y si su liderazgo se renovará gracias a ello y pese a estar bajo arresto domiciliario cumpliendo su condena y sin poder hacer ninguna declaración pública.