Cuarentena para las personas trans: la doble crisis

La cuarentena, una doble crisis para las personas trans

Miranda Trawzineck grabó un vídeo en el que muestra cómo un agente de seguridad de un supermercado le condiciona la entrada, porque es una mujer trans, para que sirviera como prueba de lo que vive cada vez que intenta salir de compras en esta cuarentena. Es un policía el que decide si ella hace súper o no.

No se me iba a dejar comprar, hasta que el seguridad vio que estaba grabando y me dijo que me iba a dar un chance para hacer mis compras porque el supermercado estaba vacío”, dijo Miranda.

Ante la falta de una política pública que defina un trato humanitario para las personas trans, ella no sabe si debe salir el día de varones, como marca su cédula, o de mujeres, como ella es.

Esa incertidumbre de: seguí la ley y no puedo comprar, y si no sigo la ley me llevan presa. Entonces, ¿qué hacemos la población trans?”, agregó Miranda.

Tras presión internacional, y en lo que se preveía iba a ser el fin de la angustia, el gobierno emitió este comunicado anunciando que no se podría discriminar a las personas trans.

Linx Arango, vicepresidente de la Fundación Hombres Trans de Panamá, asegura que pese a ese comunicado no existe un protocolo sobre cómo hacer efectiva la no discriminación. “A veces pasa que una persona un policía le dice una cosa y otro le dice otra”, sostiene.

TVN Noticias ha solicitado en varias ocasiones al Ministerio de Seguridad una respuesta sobre cómo se aplica el protocolo de no discriminación, sin respuesta.

En la Defensoría del Pueblo se ha dado curso a 14 denuncias de violación de derechos básicos de personas trans en la cuarentena. “Ellos también necesitan comprar”, reclamó la defensora encargada, Maribel Coco, a la policía, cuerpo al que ha pedido consideración. Dice que en su despacho trabajan en una lista de recomendaciones a los agentes de seguridad.

De acuerdo con una encuesta de la Fundación Iguales, que defiende los derechos LGBTTTIQ, y de la Fundación Hombres Trans, el 75% de las personas trans que denunciaron discriminación la habían recibido de agentes de la fuerza pública. El 25% restante de seguridad privada y de colaboradores de locales comerciales.

En Penonomé, a Gabriel Bernal le pasó el viernes en una fila de un banco. Su cédula aún dice F, pero su identidad y su aspecto físico es de varón. El seguridad le hizo detenerse en la cola por 15 minutos para reclamarle.

-¿Tú qué eres?-, preguntó el seguridad.

-Soy lo que dice ahí (en la cédula)-, insistió Bernal, en un intento de evitar un conflicto.

Negó ser lo que era para no tener problemas y aun así lo tuvo. La reticencia del agente le obligó a estar 15 minutos más en la fila. Mucho, tomando en cuenta el valor que tiene el tiempo cuando se tiene autorización de salir.

A Yineth Muñoz le paso dos veces el mismo día: una en el banco y otra en un supermercado de 24 de Diciembre, al este de la capital. “Llegando a la carnicería me llamó un muchacho y me dice: oye, deja el relajo, sal, hoy es día de mujeres. Si no haces caso buscaré un policía que te saque”, contó.

Son historias de personas que viven contra el peso de la discriminación.

Tenemos problemas para la educación, tenemos problemas para la salud, y ahora en esta pandemia nos damos cuenta que somos las personas que menos acceso a nuestros derechos tenemos”, agregó Miranda Trawzineck.

El problema es que nuestra sociedad no solo no respeta, sino que aún en la crisis no es capaz de tener empatía.

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