Rey indígena de Panamá: si Varela no firma la ley, cerramos la frontera

Fotografía del 29 de octubre de 2018, muestra al rey Reynaldo Alexis Santana durante una entrevista con Efe en una de las aldeas del reino Naso, situado en la exuberante selva de Bocas de Toro.
Fotografía del 29 de octubre de 2018, muestra al rey Reynaldo Alexis Santana durante una entrevista con Efe en una de las aldeas del reino Naso, situado en la exuberante selva de Bocas de Toro. / EFE
Efe
04 de noviembre 2018 - 14:58

El pueblo naso, una de las siete etnias indígenas que existen en Panamá, no quiere "crear una república dentro de otra república" sino tener el control de las tierras que llevan habitando desde hace siglos, afirmó a Efe su máximo líder, el rey Reynaldo Alexis Santana.

La Asamblea Nacional aprobó el pasado 25 de octubre el proyecto de ley 656, que crea la Comarca Naso y que aún tiene que ser sancionado por el presidente del país, Juan Carlos Varela, para entrar en vigor.

El monarca indígena, en el trono desde 2011, explicó que el proyecto de ley establece que el pueblo naso "poseerá los derechos de manera perpetua y usufructuará" un territorio de más de 160,000 hectáreas en la provincia de Bocas del Toro, en el Caribe panameño.

"No queremos ser una república dentro de otra república y no vamos a desconocer ni al Gobierno ni a la Constitución. Nosotros somos panameños, pero queremos tener control sobre nuestras tierras", afirmó.

La creación de la comarca, que si finalmente se oficializa sería la sexta del país, es una reivindicación histórica de este pueblo indígena que habita en las montañas del occidente de Panamá y que se rige desde hace siglos por una especie de monarquía asamblearia.

"Sabemos perfectamente lo que tenemos que hacer si Juan Carlos Varela no firma la ley. Los siete pueblos originarios de Panamá estamos muy coordinados y cerraremos las fronteras con Costa Rica y Colombia si no conseguimos nuestra comarca", declaró.

Santana, quien asegura que los naso son el último reino indígena de América, dijo que la constitución de este territorio autónomo obligará al Gobierno panameño a pedir autorización a su pueblo para acometer cualquier tipo de proyecto.

El manejo de los bosques es lo que preocupa a los ambientalistas, que se han opuesto al proyecto legislativo, ya que la posible comarca abarcará más de 125,000 hectáreas del Parque Internacional La Amistad.

Ese parque es una exuberante reserva natural que forma parte del Corredor Biológico Mesoamericano y que fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1983.

"Llevamos más de 500 años protegiendo nuestros bosques. Lo hacemos por amor porque forma parte de nuestra esencia. En manos del Gobierno, nuestros recursos están en peligro porque los pueden vender, como ya hicieron con los terrenos donde está la hidroeléctrica", recordó durante una visita de Efe a una de las comunidades naso.

Santana, cuya familia lleva reinando desde al menos dos siglos, se mostró convencido de que la demarcación del territorio traerá bienestar para el pueblo naso, integrado por cerca de 5.000 habitantes que viven desperdigados en una veintena de aldeas semiaisladas en las que no hay agua ni electricidad.

La comarca, aseguró, también frenará la migración de los más jóvenes hacia las ciudades y la pérdida de las tradiciones.

Los naso tienen una de las culturas más singulares de Latinoamérica. El trono solía pasar de padres a hijos, pero desde hace unos años los propios súbditos son los que escogen al monarca entre los miembros de la familia real que decidan presentarse a las "elecciones", entre las que también puede haber mujeres.

El actual rey, que se apoya para gobernar en un consejo asesor y en las autoridades tradicionales de justicia, compitió hace siete años contra un primo y un tío por la corona de plumas de águila y el cetro de cocobolo.

El pueblo también tienen la potestad para destituir y desterrar al soberano, tal y como se hizo con el rey Tito, quien autorizó unilateralmente la construcción de la hidroeléctrica de Bonyic en las sagradas aguas del río Teribe.

"Somos el único pueblo indígena de América que sigue gobernado por un rey. Para nosotros es un logro haber mantenido hasta hoy este régimen monárquico y la comarca nos hará justicia", zanjó.

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