Frutas y verduras no vendidas en el mercado Neri se convierten en platos solidario
La iniciativa es liderada por la Fundación Rescate de Alimentos a través de su programa Fonda 9.
Panamá/Tomates maduros, guineos con manchas, vegetales que perdieron brillo. En muchos mercados, estos productos son condenados al basurero. Pero en el mercado San Felipe Neri, en el corazón de la ciudad de Panamá, estos alimentos están teniendo una segunda oportunidad y están transformando vidas.
Cada día, más de 1,500 personas —entre habitantes de la calle, personas en albergues, orfanatos y asilos— reciben un plato elaborado con productos que, de otra manera, habrían terminado en el vertedero de cerro Patacón.
La iniciativa, liderada por la Fundación Rescate de Alimentos a través de su programa Fonda 9, ha convertido el desperdicio en esperanza. Unas 2.5 toneladas de alimentos en condición de descarte se generan diariamente solo en el mercado San Felipe Neri. Hasta hace poco, eran considerados residuos. Hoy son la base de platos saludables, sabrosos y socialmente valiosos.
“Bueno, aquí se desecha mucho de lo que vendemos. Aquí vendemos frutas frescas, legumbres frescas, carne, pollo, res, ¿pero qué sucede? Que a los compradores no les gusta el guineo con pintitas o el tomate muy maduro y es ese producto el que se convierte en otra cosa”, comenta Jaime Villafane, director de Mercados de la Alcaldía de Panamá.
El proceso no es improvisado. Cada vez que los voluntarios rescatan vegetales, los pesan y registran qué tipo de alimentos son los más comunes en perderse y en qué cantidades. Esta información no solo permite organizar la cocina, sino también generar estadísticas para crear conciencia sobre el desperdicio de alimentos, explicó Hernán Correa, de la Fundación Rescate de Alimentos.
“Unos tomates, por ejemplo, que tú sientas maduros o suaves, están perfectos para una sopa de tomate, una salsa como la que preparamos nosotros para prevenir. Y puedes agarrar esta salsa que nosotros elaboramos y compartirla con una buena gallina guisada, con tu pasta favorita”, acotó Correa.
La problemática del desperdicio de alimentos cobra aún más relevancia cuando se observan las cifras de inseguridad alimentaria y salud pública en Panamá. En el país, el 5.6% de la población no logra acceder a suficientes alimentos, mientras que el 72% de los adultos tiene obesidad y el 37% de los escolares y adolescentes presenta exceso de peso. En ese contexto, iniciativas como esta no solo ayudan a mitigar el hambre, sino que también promueven una mejor alimentación y un uso responsable de los recursos.
Esta iniciativa podría extenderse a otros mercados del país, donde cada día se botan toneladas de productos. Muchos de estos alimentos podrían transformarse en salsas, mermeladas, abonos orgánicos o bebidas, o ser destinados directamente a bancos de alimentos y entidades sociales que luchan contra el hambre y la malnutrición.
Con información de Hellen Concepción