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Panamá/En el acto ecuménico por el 36.º aniversario de la invasión estadounidense a Panamá, el arzobispo metropolitano José Domingo Ulloa afirmó que el 20 de diciembre de 1989 es una fecha “marcada con dolor” y sostuvo que el país aún tiene una deuda pendiente con la verdad, la memoria y la justicia.
“En la memoria de la Patria, el 20 de diciembre de 1989 Panamá fue herido en lo más profundo de su ser”, expresó Ulloa durante su reflexión en el Jardín de Paz, donde reposan los restos de víctimas de la invasión. Añadió que “esa herida sigue interpelando a la conciencia nacional y nos reclama verdad, memoria y justicia”.
El prelado manifestó la importancia de mantener viva la memoria histórica y advirtió sobre las consecuencias del olvido. “Una nación que olvida a sus muertos debilita su identidad; una nación que los recuerda con verdad fortalece su dignidad”, afirmó.
En ese contexto, insistió en que el recuerdo de las víctimas no debe trivializarse. “Recordar a las víctimas no es un gesto simbólico, ni una consigna ideológica; es derecho de las víctimas, una obligación moral del Estado y un patrimonio irrenunciable del pueblo panameño”, enfatizó.
Ulloa reconoció que, a más de tres décadas de los hechos, persisten vacíos importantes en el esclarecimiento de lo ocurrido. “Debemos reconocer con honestidad que la verdad histórica aún no ha sido plenamente esclarecida. Persisten preguntas abiertas, cifras imprecisas y relatos incompletos”, señaló. En ese sentido, advirtió que “mientras la verdad no se conozca en su totalidad, la herida permanece abierta”.
El arzobispo fue enfático al relacionar la memoria con la paz social: “Sin verdad no hay justicia; sin justicia no hay reconciliación, y sin reconciliación no hay paz duradera”. Por ello, reafirmó “la urgencia de recuperar, custodiar y transmitir la memoria histórica del 20 de diciembre”.
Sin verdad no hay justicia –precisó-, sin justicia no hay reconciliación, sin reconciliación no hay paz duradera. Por ellos reafirmamos hoy la urgencia de recuperar, custodiar y transmitir la memoria histórica del 20 de diciembre. Esa tarea exige investigación rigurosa, apertura de archivos, escucha respetuosa de los testimonios y voluntad institucional para esclarecer los hechos”.
Añadió que esta tarea requiere “investigación rigurosa, apertura de archivos, escucha respetuosa de los testimonios y voluntad institucional para esclarecer los hechos”.
Durante la ceremonia, la presidenta de la Asociación de Familiares de los Caídos el 20 de Diciembre de 1989, Trinidad Ayola, recordó que “las víctimas exigen verdad, justicia y reparación” y afirmó que se trata de “una causa nacional, profundamente humana, que trasciende los gobiernos y transforma el dolor en conciencia”.
Por su parte, el presidente de la Comisión 20 de Diciembre, Rolando Murgas, destacó que este homenaje representa “un reencuentro con la verdad histórica” y abogó por “el diálogo y la construcción de la unidad para defender la soberanía nacional”.
Los actos conmemorativos fueron encabezados por el canciller encargado, Carlos A. Hoyos, y el viceministro de Asuntos Multilaterales y Cooperación, Carlos Guevara Mann, quien recordó que el 20 de diciembre “es una fecha de duelo, de recogimiento y de reflexión nacional” y afirmó que la invasión de 1989 “planteó y sigue planteando interrogantes complejas desde la óptica del derecho internacional”.
La ceremonia concluyó con la colocación de ofrendas florales, un minuto de silencio y una salva de 21 cañonazos de la Guardia de Honor Presidencial, en honor a las víctimas de la invasión, en una fecha que Panamá conmemora como Día de Duelo Nacional.