La Asamblea cierra sesiones entre vacíos, promesas rotas y tensiones con la Contraloría
A partir de hoy, el pleno de la Asamblea entra en receso hasta el próximo 1 de julio.
Panamá/La Asamblea Nacional cierra hoy miércoles el segundo periodo de la primera legislatura dejando tras de sí una estela de reformas inconclusas, tensiones institucionales y promesas sin cumplir. A pesar de las exigencias ciudadanas por mayor transparencia y límites al poder legislativo, los privilegios de los diputados continúan intactos y la modernización del reglamento interno sigue sin concretarse.
El pleno finaliza su ciclo con más de 30 proyectos pendientes de discusión en segundo y tercer debate. La cifra crece aún más en las comisiones permanentes, donde se acumulan iniciativas que han perdido impulso político.
Una subcomisión de la Comisión de Credenciales es la encargada de evaluar las propuestas para reformar el reglamento, incluyendo una última iniciativa presentada por la presidenta del órgano, Dana Castañeda, quien planteó la evaluación semestral del desempeño del personal legislativo.
“Esto es lo que ha venido pasando: año tras año, el diputado entra con su personal y, posteriormente, el personal se queda en la estructura de la Asamblea y se protege por la ley de carrera legislativa”, explicó Castañeda al justificar su propuesta. El objetivo sería evitar que funcionarios temporales queden amparados por la planilla permanente, engrosando el gasto público sin mayor control.
Aval al Ejecutivo y polémicas sin resolver
Durante este periodo, la Asamblea concentró gran parte de su trabajo en aprobar la agenda legislativa del Ejecutivo, que incluyó reformas clave como la modificación a la Ley Orgánica de la Caja de Seguro Social, el nuevo régimen de interés preferencial y la Ley de Justicia Comunitaria de Paz. También se ratificaron funcionarios diplomáticos y designaciones clave.
No obstante, el pleno también se vio envuelto en proyectos controvertidos, como el que propone una amnistía general para delitos políticos, con impacto directo en casos emblemáticos de corrupción como Odebrecht, New Business y Blue Apple. Aunque la propuesta fue rechazada en comisión, podría retomarse en el pleno mediante un informe de minoría, lo que ha generado fuertes críticas por su posible intención de favorecer a expresidentes y exfuncionarios investigados.
Choque con la Contraloría y auditorías en marcha
El ambiente legislativo se ha tensado aún más por las declaraciones del contralor Anel Bolo Flores, quien ha denunciado una falta de cooperación por parte de la Asamblea en las auditorías a las planillas. El uso de cheques en vez de depósitos, como parte de una verificación para detectar posibles "botellas", marca un nuevo punto de fricción entre ambos órganos.
Este escenario anticipa una lucha por el control del Legislativo cuando se inicie la segunda legislatura el próximo 1 de julio.
Hablan los diputados
Desde la bancada oficialista, algunos diputados defendieron su gestión. Nelson Jackson, de Realizando Metas, afirmó que en este periodo se aprobaron leyes importantes. “La Asamblea Nacional aprobó leyes importantes para el país como la seguridad social, ratificación de funcionarios y diplomáticos”, dijo escuetamente.
Por su parte, Eduardo Gaitán, diputado de la bancada Vamos, lamentó la lentitud del Legislativo: “Al final todo se trata de voluntad… de querer hacer las cosas”, expresó, y pidió mayor agilidad en la aprobación de leyes para el siguiente periodo.
Se espera que hoy, la presidenta de la Asamblea, haga un balance de este periodo legislativo que termina.
Ciudadanía: la desilusión es profunda
Para organizaciones de la sociedad civil y analistas políticos, los cambios en la Asamblea han sido superficiales. Lina Vega Abad, presidenta de la Fundación para el Desarrollo de la Libertad Ciudadana (capítulo panameño de Transparencia Internacional), criticó el uso político de la planilla legislativa.
"En materia de transparencia, es importante destacar que la fiscalización que está realizando la Contraloría General, así como investigaciones periodísticas, han revelado la utilización de la planilla de la Asamblea Nacional como botín político en un claro caso de abuso de poder", señaló, aunque considera que no es un fenómeno nuevo ni sorprende, "lo novedoso es que la Contralora finalmente cumpla con su mandato constitucional de cuidar los recursos público".
A su juicio, "la Asamblea termina la primera legislatura en la mira ciudadana que exige transparencia y rendimiento de cuentas. Los diputados deben tomar nota".
El analista político, José Stoute fue más tajante al señalar que “la Asamblea Nacional sigue dominada por una mayoría tradicional que responde a los vicios a los que nos tienen acostumbrados. Nada de fondo ha cambiado”, afirmó, denunciando además la fractura del grupo parlamentario de Vamos, supuestamente influenciada por el Ejecutivo.
Para el sociólogo José Lasso, la Asamblea tiene un papel clave en el contexto actual de descontento social. “Le tocará jugar un rol importante de equilibrio y gobernabilidad frente a las protestas que se están dando. Internamente, no ha cambiado nada respecto a legislaturas anteriores, con la excepción de algunas diputadas que han dado la cara y denunciado proyectos que afectan a la población”, expresó.
En ese sentido, la Asamblea cierra este capítulo con una deuda pendiente con la ciudadanía. Ni los discursos ni las promesas han logrado traducirse en reformas profundas. Como apuntó uno de los analistas, “nada podemos esperar en positivo de esta Asamblea”.
El próximo periodo arrancará el 1 de julio, pero la verdadera prueba será si el Legislativo decide responder a las demandas de cambio o mantenerse en el mismo ciclo de opacidad, privilegios y simulación.