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Ciudad de Panamá/El año 2024 ha sido un periodo clave en materia migratoria para Panamá, con importantes fluctuaciones en el flujo de personas que cruzan el país en su camino hacia Estados Unidos. Rafael Rodríguez, presidente de la Asociación de Residentes Naturalizados de Panamá (Arena), compartió en Noticias AM un balance sobre los principales factores que han influido en estos movimientos y los desafíos que se vislumbran para el próximo año.
Rodríguez destaca tres elementos clave que han reducido el tránsito de migrantes por la peligrosa región del Darién:
Según Rodríguez, Panamá se enfrenta a un panorama complejo en los primeros meses de 2025. La toma de posesión de Donald Trump, el próximo 20 de enero, podría traer nuevas restricciones migratorias en Estados Unidos, lo que podría convertir a Panamá en un destino alternativo para migrantes que no logren llegar al norte.
Además, la incertidumbre política en Venezuela, con la posible continuación de Nicolás Maduro o la llegada de un nuevo gobierno, también podría desencadenar una migración masiva hacia Panamá.
Por otro lado, señala Rodríguez que la reciente ley aprobada en Nicaragua, que niega la nacionalidad a quienes han estado fuera del país por más de cinco años, podría provocar un aumento en el número de nicaragüenses buscando establecerse en Panamá. "Muchos de ellos ya conocen el entorno panameño y podrían considerar regresar", apuntó.
Otro tema de interés es la participación de los extranjeros en la Caja del Seguro Social (CSS). Rodríguez menciona que los migrantes contribuyen al sistema al pagar cuotas obligatorias, pero enfrentan limitaciones significativas. "Aunque paguen durante años, no tienen derecho a jubilación", lamentó.
Además, recordó un caso ocurrido hace cuatro años, cuando más de 10 mil extranjeros se registraron en un programa de seguro social voluntario que luego resultó en una estafa, dejando a los inscritos sin cobertura y sin devolución de sus aportes.
Rodríguez aboga por una mayor claridad y seguridad en las reformas a la CSS, destacando que tanto panameños como extranjeros deben contribuir de manera equitativa para encontrar soluciones a los problemas del sistema. También insta a que cualquier iniciativa destinada a formalizar trabajadores informales incluya a migrantes con pequeños negocios.
Según datos del Tribunal Electoral citados por Rodríguez, Panamá alberga actualmente a 252 mil residentes permanentes extranjeros. Además, hay un número significativo de personas con estatus regularizado mediante programas como Crisol de Razas. Sin embargo, una cantidad indeterminada de migrantes permanece en situación irregular, lo que plantea retos adicionales para el país.
En conclusión, Rodríguez subraya la necesidad de abordar la migración de manera integral, considerando factores humanitarios, políticos y económicos. Con Panamá posicionado como un punto crítico en la región, el próximo año podría traer cambios significativos en las dinámicas migratorias, requiriendo medidas claras y coordinadas tanto a nivel nacional como internacional.