¿En qué consiste el proceso de acreditación universitaria?

Las universidades de Panamá se someten a un riguroso proceso de acreditación que les permite seguir brindando el servicio educativo a la población con la garantía de que cumplen los requisitos para ofrecer una educación de calidad y estándares establecidos. Una de las que ya ha culminado satisfactoriamente su proceso es la Universidad del Istmo (UDI), su rector, Mauricio Hernández, dice que con esta medición internacional permite garantizar que se están graduando profesionales con muy alto nivel profesional y disciplinario.

Calificó el proceso como “una maravilla”, en el que se hace un proceso de autoevaluación sobre cuatro tópicos, el primero tiene que ver con la filosofía y el propósito de la institución que para la UDI es formar profesionales que puedan intervenir realidades para resolver los problemas de Panamá.

Resaltó que las personas y las instituciones nacen con un propósito, por lo que el proceso de evaluación debe partir de la pregunta de cuál es el propósito, cuál es la razón de ser de la UDI y cuál es ese diferencial que le permite a un panameño ingresar a la UDI.

“El proceso de evaluación parte de identificar cuál es tu posición en el sector, y a partir de ahí empezar a mirar si hay coherencia y pertinencia entre tus planes de estudios y filosofía”, expresó.

También recalcó la importancia de conocer a la comunidad, qué es lo que les gusta a tus estudiantes, qué hacen tus estudiantes y dónde están tus estudiantes.

Agregó que otro punto a resaltar es la infraestructura, pues para Hernández, la educación ya debió pasar de lo análogo a lo digital, y eso es lo que ha hecho la UDI.

Dijo que la pandemia ayudó a acelerar el proceso de entender de que no se trata de qué enseña, sino de cómo se enseña y en ese cómo se enseña está el elemento subjetivo que es el docente con su pasión, y sus ganas de enseñar, y el elemento objetivo que es la tecnología, pues se ha comprendido que la educación es un proceso interno del ser.

Hernández manifestó que, aunque la pandemia trajo problemas en el acceso a la tecnología y por ende al conocimiento, los estudiantes también aprendieron a construir su propio conocimiento, entendiendo que el proceso de formación no termina en el colegio, sino cuando la persona termina de concientizarse que tiene la capacidad para resolver los problemas.