El matrimonio campesino brilló en el Festival del Manito Ocueño en Herrera
El Manito Ocueño nació en 1969 como una iniciativa comunitaria para resaltar la identidad campesina y las costumbres del interior del país.
Ocú, Herrera/Este sábado se celebró el tradicional matrimonio campesino, uno de los actos centrales del Festival Nacional del Manito Ocueño, en el que una pareja local une su vida en el marco de la fe católica y el folclor que caracterizan a esta festividad.
Este evento, que combina el simbolismo religioso con las expresiones culturales más arraigadas, reafirma el valor del amor, la familia y la identidad rural de los ocueños. El festival, que este año arriba a su 52° aniversario, se ha consolidado como un espacio para preservar las costumbres y transmitirlas a las nuevas generaciones.
La novia, Yuimei López, expresó su alegría por haber sido elegida junto a su pareja para representar esta tradición. “Son 18 años de relación con mi novio y hoy sellamos nuestro amor enseñando a los más pequeños la importancia de nuestras raíces”, afirmó.
Por su parte, el señor Arcia resaltó que esta costumbre es un legado de los antepasados que “se lleva en la sangre y es muy autóctono de los ocueños”.
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Un festival con historia
El Manito Ocueño nació en 1969 como una iniciativa comunitaria para resaltar la identidad campesina y las costumbres del interior del país. Con el tiempo se convirtió en un evento nacional que cada año reúne a miles de visitantes en el distrito de Ocú, ofreciendo muestras de música típica, bailes folclóricos, juegos tradicionales, artesanías y gastronomía local.
Más que un festival, es considerado un símbolo de resistencia cultural que refuerza la memoria colectiva de la región de Azuero y la importancia del campesino como figura central en la historia y desarrollo de Panamá.
Información de Eduardo Javier Vega