Dilemas éticos por vacuna contra ébola

Reuters
29 de septiembre 2014 - 05:52

Normalmente se tardan años en demostrar que una vacuna nueva es segura y efectiva, pero con los centenares de muertos al día por el peor brote de ébola registrado hasta ahora, no hay tiempo que perder.

En un esfuerzo por salvar vidas, las autoridades sanitarias están decididas a sacar posibles vacunas en meses, prescindiendo de algunas de las pruebas habituales, y planteado cuestiones prácticas y éticas sin precedentes.

"Nadie sabe cómo lo haremos. Hay muchos temas difíciles para un despliegue en el mundo real y nadie tiene todas las respuestas aún", dijo Adrian Hill, que está realizando pruebas en voluntarios sanos de una vacuna experimental contra el ébola desarrollada por GlaxoSmithKline.

Hill, profesor y director del Instituto Jenner de la Universidad de Oxford, dice que sus resultados no muestran efectos secundarios adversos, la nueva vacuna de GSK podría usarse en personas en África occidental hacia final de año.

Incluso aunque el medicamento parezca seguro, lleva tiempo demostrar su efectividad, pero no hay tiempo cuando los casos de ébola se doblan cada pocas semanas y cuando la Organización Mundial de la Salud prevé que alcance 20.000 afectados hacia noviembre.

Entre las cuestiones que afrontan los científicos están: ¿debería una vacuna no probada administrarse a todo el mundo o sólo a unos pocos? ¿Debería ofrecerse a los trabajadores sanitarios primero? ¿A los jóvenes antes que a los viejos? ¿Debería administrarse primero en Liberia, donde el ébola se expande más rápido, o Guinea, donde está más cerca de quedar controlado?

¿Debería decirse a la gente que asuma que las protegerá del ébola? ¿O deberían tomar todas las medidas de precaución que si no se hubieran vacunado? Y si es así, ¿cómo se sabría si la vacuna funciona?

GSK es una de las varias farmacéuticas que han comenzado o anunciado planes para realizar pruebas en humanos de vacunas contra el ébola. Entre otras figuran Johnson & Johnson, NewLink, Inovio Pharmaceuticals y Profectus Biosciences.

La OMS dice que espera ver un uso a pequeña escala de las primeras vacunas experimentales en el oeste de África para enero del año próximo.

Ha convocado a especialistas en vacunas, epidemiólogos, compañías farmacéuticas y expertos en ética para una reunión el lunes y el martes en la que se abordarán aspectos morales y prácticos.

"Normalmente es absolutamente primordial cuando estás desarrollando una nueva vacuna, pero esta vez vamos a tener que asumir más riesgos", dijo Brian Greenwood, profesor de la Escuela Londinenses de Higiene y Medicina Tropical, que participará en la reunión dirigida por la OMS.

El caos causado por la epidemia hace incluso más difícil desplegar y rastrear el uso de una nueva vacuna, dijo Hill.

"Estás intentando hacer dos cosas al mismo tiempo: estamos intentando evaluar una vacuna y desplegarla - cuando normalmente evaluarías antes la vacuna, haciendo una prueba controlada aleatoria de doble ciego, y luego la desplegarían si se mostraba que era segura y efectiva", añadió.

Dado que el virus del ébola es tan mortal, quienes reciben una vacuna en pruebas deben tomar todas las demás precauciones y protegerse plenamente. Eso haría aún más difícil a los investigadores descifrar si lo que les ha protegido son los protocolos de seguridad y la ropa, o la nueva vacuna.

Normalmente los investigadores que prueban una vacuna dan a algunos de los voluntarios un placebo para crear un grupo "de control" que comparar con quienes realmente toman la medicación. Eso es impensable en una situación en la que el índice de mortalidad es de hasta el 90 por ciento en los pueblos.

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