Las voces de quienes arrinconaron con pailazos a los diputados del PRD

“Está cabreado, está cabreado. Este pueblo está cabreado”.

Los cánticos se escuchaban entre las decenas de manifestantes fuera de una parrillada en Coco del Mar. Adentro, diputados del Partido Revolucionario Democrático (PRD) se encontraban reunidos en violación a las medidas sanitarias.

Los que hacen las leyes del país, miembros del partido gobernante, decidieron no seguir el toque de queda y quedarse en casa. El pueblo decidió salir de sus casas también.

El sonido de las pailas hacía eco por las calles. Venía de los manifestantes, y también de los edificios alrededor dónde sus habitantes se asomaban por las ventanas. Los carros al pasar pitaban en solidaridad.

“Ya basta. Los diputados están demasiado desatados. Tienen a la gente encerrada y mientras tanto los diputados de la bancada del gobierno se vienen a comer un buen plato de comida. Mientras tanto el panameño recibe 100 dólares nada más. La empresa privada está parada, la microempresa está parada. Ellos vienen aquí a jartarse los impuestos de nosotros. Eso no va. Eso vale v…”, declaró Renier, uno de los manifestantes.

En la esquina, un grupo pequeño de policías vigilaba la situación.

“Toca dejar que protesten”, contó un policía apostado en la esquina a TVN Noticias. “Pero están violando el toque de queda”.

La Policía Nacional ya había desplegado retenes en varios puntos de la ciudad para detener a personas que estuvieran circulando fuera del toque de queda. Había reportes que un grupo cada vez más grandes de agentes policiales se estaban reuniendo a pocas cuadras, preparándose en caso que se les ordenara intervenir.

“Hay momentos en que el derecho a protesta de un ciudadano se vuelve un deber. Ahora mismo, yo considero que esto es un deber ciudadano. Exigir transparencia, qué está ocurriendo con la crisis, dónde están los fondos en qué se están utilizando. ¿Por qué diputados de la República rompen medidas que la población no puede romper? Estamos demostrando que, si ellos pueden, nosotros también”, exclamó Félix, un ingeniero que había ido a protestar.

Era una protesta de la clase media, de profesionales que llevaban 5 meses con el contrato suspendido, empresarios con negocios paralizados por la crisis, de ciudadanos indignados. Había reclamos por la corrupción, la falta de transparencia, los privilegios para unos, la negativa a aumentar el bono solidario.

"Nosotros somos la clase que está en el medio. Aquí hay puro emprendedor, puro trabajador, gente que lucha cada día por salir adelante. Somos la gente que quedó en el medio de la situación, la que recibió menos apoyo. El gobierno dio un paliativo a la clase más necesitada, tampoco es solución a sus problemas. No sé si ellos estarán conformes, ellos tendrán su manera de protestar. Nosotros estamos haciendo la nuestra”, concluyó Félix.

El llamado a protesta nació en las redes sociales. En la cuenta de Instagram del medio independiente Foco, se transmitía en directo.

Era un llamado simple.

“Diputados del PRD reunidos en parrillada Jimmy’s pisoteando todas las normas sanitarias. Si estás por el área SUENA TU PAILA”.

Y así, la gente empezó a llegar.

Los diputados salieron con sus escoltas, evitando a los manifestantes que los increpaban a grito y pailazo. En las patrullas de la Policía Nacional pegaron stickers con la frase #SinCarrizoPorFavor, un llamado a la renuncia del ministro de la Presidencia José Gabriel Carrizo.

“Estamos hartos de la corrupción, hartos de que se roben todos nuestros impuestos. Gobierno tras gobierno, ¿hasta cuándo? Se creen inmunes, creen que tienen el poder de todo. Nos pasan por encima, nos pisotean”, sentenció Nicole, otra de las manifestantes.

La protesta duró horas. Fue pacífica, y a las 11 de la noche se dispersó sin enfrentamientos con la Policía Nacional. Pero el malestar ciudadano sigue allí. Y ese jueves, con sus pailas, los jóvenes, la clase media, se hicieron escuchar.