El desfile de navidad causó más desilusión que alegría.

@CecybelLopez/Un momento que se esperaba cautivaría de alegría y emoción a todos los niños de Panamá, se convirtió desde su inicio en empujones y aglomeración de personas en los puentes peatonales, donde se prohibía el paso de un lado a otro, provocando disturbios entre las personas y miembros del SPI que trataban de controlar el acceso a los puentes.

Nosotros nos acercamos a conversar con los miembros del SPI y nos comentaron que seguían órdenes de sus superiores, ya que se tenía temor que los puentes colapsaran, sin embargo, la multitud era tan agresiva que era imposible controlar a tanta gente.

La organización en cuanto a la entrada del desfile y el desplazamiento de las personas a lo largo de la cinta costera, estaba fuera de control, debido a las medidas de seguridad que no ayudaban en nada a que la masa fluyera y pudieran ubicarse.

Las personas se quejaban fuertemente del cordón de restricción por parte del SPI, niños que se encontraban bajo el sol con sus padres sin poder cruzar de un lado a otro para poder comprar algo de comer o beber, ya que solo un área estaba habilitada para ofrecer bebidas y alimentos a las personas.

La mayoría comentaba la decepción por la falta de organización y consideración con los niños, un desfile que terminó prácticamente en su primera etapa de presentación de bandas a la una y media de la tarde, para luego esperar por más de tres horas la presentación de los personajes de Disney, la cual fue fugaz y considerada de muy poca emoción. Los niños se quedaron esperando las pastillas, las galletitas, los globos, un cariño por lo menos más cerca de parte de los protagonistas del desfile.

Tanta espera para lograr alrededor de 40 minutos “Disney Momentos Mágicos” que ni siquiera había una secuencia corta entre un carro y otro, al contrario se esperaba varios minutos para ver pasar la próxima atracción.

El agua que derramo el vaso fue un sitio especial que se tenía solo para niños, donde quedaban ubicados en el llano y sentados cómodos, mientras los padres de familia algunos sentados en las gradas y otros a los lados vigilaban a sus hijos, como siempre la habilidad de algunos de querer ingresar al área destinada para niños hizo que la cinta que impedía el paso a los adultos se rompiera, tanto fue el forcejeo que algunos niños quedaron llorando sin saber dónde estaban sus padres, y los padres desesperados por saber dónde habían quedado sus niños.

Definitivamente los niños de Panamá se merecen más que un desfile cargado de aglomeración, empujones, falta de respeto de ambas partes, tanto de autoridades como ciudadanos; nuestros niños merecen en navidad actividades decentes donde ellos sean los protagonistas, no un día cargado de juega vivo donde no había siquiera lugar cercano para comprar una botella de agua para sofocar la calor, o un sitio para comerse un buen refrigerio mientras se esperaba por el desfile.

En “Madres al Rescate” hablamos de todo, y ante esta injusticia, porque es una injusticia poner a los niños a aguantar sol, lluvia y dejarlos esperando un intervalo de más de 3 horas entre un desfile y el otro, nuestra niñez merece calidad y lo que vimos en ese desfile dista mucho del verdadero aprecio que debemos brindar en una época mágica como lo es Navidad.

Consultamos a los ciudadanos, sobre cuáles serían sus ideas para las venideras navidades, algunos nos expresaron que desean el desfile pero más atractivo y que regalen sus golosinas y bebidas a los niños, que la organización debe por supuesto mejorar, algunos dijeron que prefieren una semana de actividades en la cinta costera, otros expresaron que se retomen las posadas en la cinta costera con conciertos navideños en vivo…

Lo cierto es que algo debe hacerse para mejorar el desfile que deja más decepciones que emociones.