¿Mi hijo se porta mal, no me hace caso, no escucha? Qué hago

¿Mi hijo no me escucha, lo regaño una y otra vez y sigue haciendo lo mismo?

¿De la escuela me llaman que mi hijo se porta mal?

¿Castigo a mi hijo por su conducta y es como si nada, no le importa el castigo?

Las nalgadas o el castigo ya no funciona con los niños
Las nalgadas o el castigo ya no funciona con los niños
Cecy López
23 de junio 2015 - 15:19

Los tiempos cambian y el método de la abuela de darles un chancletazo a los hijos cuando se portan mal, ya no se aplica hoy día.

Los padres de esté tiempo nos ha tocado una época difícil, lidiar con una sociedad que evoluciona y es absorbida por patrones de conductas que no van con la moral y valores que nos educaron, que por el contrario vemos como nuestros hijos copian rápidamente estos parámetros que no vienen de casa, sino del ambiente que los rodea fuera del hogar.

Es más nos sorprende y hasta dudamos cuando fuera de casa, ya sea en la escuela, los vecinos o hasta un familiar nos dice de la mala conducta de nuestros hijos. Llegamos al límite de enojarnos tanto que nos vamos al método antiguo de los golpes, los chancletazos o el uso del famoso “Martín moreno saca lo malo y mete lo bueno”.

Expertos señalan que hoy día no es la solución para corregir a un niño mal portado, ya la agresión física paso a la historia y sobre todo ahora donde hay estudios que plantean que hacerlo causa daños irreversibles al infante.

Que duro se nos ha puesto la cosa a nosotros los padres, la demanda que existe en que ambos tanto mamá como papá, por fuerza deben salir a trabajar y optar por dejar al niño con un familiar, un day care o una nana, señalan los expertos es el principal factor de conductas inapropiadas desde temprana edad.

Es por ello que es necesario el que usted se organice de tal modo que le brinde calidad de tiempo a su hijo, que reemplace el grito y las nalgadas, por palabras de motivación y una explicación correcta de acuerdo a la conducta inapropiada de su hijo.

Investigaciones sobre el tema han arrojado que el castigo convencional de quitarle al niño algo que le guste por cierto tiempo o privarle de la tv, video juegos, la tableta, etc.; no es de ayuda; reconoce que ese tipo de castigos no cuestan ningún esfuerzo al niño y no tienen relación directa con lo que ha hecho mal y, por tanto, más allá de la sanción puntual, no son de utilidad para corregir la conducta del niño en el futuro.

Decirle que se queda sin salir, tampoco le va a suponer un problema grande porque en casa puede hablar con sus amigos por teléfono, a través del chat, del messenger o de otro tipo de redes sociales.

Especialistas en el tema de castigo nos aconsejan, que el mismo debe tener una consecuencia educativa que viene detrás de una actitud inadecuada del niño, es decir qué quiero corregir para que mi hijo pueda aprender.

La Consecuencia Educativa:

Es el nuevo método del que se habla para aplicar a nuestros hijos y se trata de un castigo que le debe costar un esfuerzo al niño, de tal manera que le ayude a autocontrolarse y que piense dos veces en hacer la travesura que le generó el castigo.

Las consecuencias educativas tienen que ser inmediatas, coherentes, aplicables y firmes, como por ejemplo:

  • Si no se ha vestido a tiempo para salir al colegio: valora si puedes llevarle en pijama y habla con el profesor que llevarás a tu hijo en pijama ese día porque no siguió indicaciones.
  • Si no viene a cenar después de llamarle muchas veces: se retira la cena y se congela, cuando la pide nuevamente, se le das congelada o puedes optar por darle algo que no le guste, o sólo le das un yogur.
  • Si el niño no ha hecho los deberes por la tarde a la hora correspondiente: levantar al niño a las 6 de la mañana para que los haga y si insiste en no hacer las tareas, lo levantas no a las 6 de la mañana sino a la 5 de la mañana.
  • Si no ha querido ducharse: a la mañana siguiente no tendrá ropa limpia para ir al colegio, o que no use el calentador de agua, te aseguras que se bañe con agua bien fría.

Estas son algunas de las recomendaciones de expertos que señalan que cada acción tiene una reacción.

De seguro con este método tu hijo pensará dos veces en portarse mal.

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