A la edad de 6 meses empieza a introducir las papillas a tu bebé
Papillas caseras para tu hijo son las mejores
Los padres primerizos siempre estamos a la expectativa de cada paso de nuestro bebé, estamos al pendiente para estar allí en cada etapa y dejarla grabada en fotos y memorias en nuestra mente.
Una de estas etapas por la que pasa nuestro bebé es la fase de las papillas y el inicio de introducción de estás, etapa que es emotiva ya que vemos como ellos se emocionan en ver los colores de las frutas y como disfrutan comerse una papilla.
Los expertos recomiendan la lactancia materna exclusiva hasta los seis meses del bebé, durante el primer año la leche continúa siendo el principal alimento del niño. No obstante, a partir del sexto mes, comienzan a introducirse los primeros alimentos distintos a la leche.
Durante la alimentación del bebé a partir de los seis meses, (regularmente) se comienza con las frutas en puré o con las verduras más dulces y no saturadas en fibra. Las zanahorias, las papas y las calabazas, son algunos de los vegetales que suelen ser bien aceptados por el niño.
Al inicio, las papillas y los purés deben ser muy fluidos. La primera papilla puede consistir en una crema muy fina y diluida de zanahorias y papas (hervidas o cocidas al vapor), condimentado con un poquito de aceite de oliva virgen.
Las siguientes papillas pueden enriquecerse con otras verduras, como las habas. Si no se manifiestan problemas de alergias, y al niño le gustan las verduras que se le ofrecen, se puede llegar a componer una pequeña mezcla de verduras en el transcurso de unas 4 o 5 semanas.
La fruta se debe ofrecer finamente triturada. Para empezar, son aconsejables la manzana, la pera, el plátano, el durazno y la papayita.
Los especialistas sugieren dar al niño una papilla al día, y mantener la leche en el resto de las comidas. Además, el puré de una sola verdura no es muy nutritivo y es posible que, poco después de haberlo tomado, el pequeño pida leche: no existe razón para no dársela.
Mejor evitar añadir sal a las papillas. Con el tiempo, el niño tendrá la oportunidad de probarla poco a poco. De lo contrario, podría manifestar, desde muy pequeño, una mayor inclinación a los alimentos salado.
Como padres siempre nos ingeniamos la manera en que preparamos las papillas, procuremos usar frutas naturales, aunque las comerciales son buenas, siempre las preparadas por nosotros mismos suelen ser las más nutritivas.
Al prepararlas lave bien sus manos con agua y jabón para evitar bacterias y contaminación.