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El último informe de la Contraloría General revela que en el 2017 ocurrieron 53,608 colisiones, que equivalen a 146 colisiones al día o 6 cada hora, esto a mi juicio hace muy propensos a los conductores a ser víctimas de estos accidentes de tránsito. En este artículo voy a enfocarme en las colisiones menores.
Ya por naturaleza es desagradable ser protagonista en estos hechos pero puede ser un verdadero dolor de cabeza si no tienes los documentos necesarios o los números de teléfonos correctos para pedir asistencia.
Según el Decreto 126 del 2 de marzo del 2011 se considera accidente de tránsito menor, toda colisión donde los vehículos involucrados en la misma, pueden ser desplazados de la vía por sus propios conductores, sin ningún tipo de auxilio mecánico (reparaciones, uso de grúas, etc.) y que los ocupantes o terceros involucrados en el hecho no resulten con algún tipo de lesión.
Quienes no hagan el correspondiente desplazamiento de los automóviles de la vía recibirán sanción de $50.00. También será multado con $100.00 sino tiene la póliza de seguro vehicular al día.
No obstante, existen excepciones para la movilización de los vehículos por ejemplo cuando uno o más de los involucrados en la colisión menor tiene inmunidad legislativa, judicial, diplomática o cuando se colisione con vehículos que pertenezcan al Estado, también si uno de los involucrados está o aparenta estar bajo los efectos del alcohol o intoxicación por estupefacientes y cuando una de las partes se pueda ver amenazada o intimidada por la otra parte involucrada.
La mejor manera de afrontar una colisión menor es guardar una total y absoluta actitud cortés, de lo contrario se podría originar una disputa que extenderá el periodo para resolver el asunto y volver a su jornada normal.
Siempre es más cómodo lograr un acuerdo con el otro conductor y que todo sea atendido a través de las aseguradoras y no en un juzgado de tránsito, porque esto implica la inversión de más tiempo y congestiona el despacho en el que se deben atender muchos más casos, tal vez más graves.
Yo le llamo la técnica de la extrema amabilidad, hasta ahora nunca me ha fallado.
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