Montero acepta el reto de ser un receptor fijo
Bajo el encabezado "catchers" en el roster de 40 jugadores de los Marineros de Seattle, sólo aparece un nombre. Tal es el reto que se le plantea a Jesús Montero. Al final de cuenta, el venezolano no se encargará de todo, pero es clarísimo que Seattle inicia su pretemporada con Montero como su receptor principal. Considera que apenas tiene 23 años y se alista para su segunda temporada completa en las mayores, pues la tarea es más significativa. A falta de dos semanas para iniciar los entrenamientos, los Marineros aún no han encontrado a un segundo receptor. Montero es lo único seguro que tienen. Hay unos cuantos jugadores con invitación que podrían ganarse una plaza y el gerente Jack Zduriencik puede explorar otras opciones. De momento, ahora, Montero se prepara como el titular de todos los días detrás del plato. ¿Es un riesgo apelar tanto en un jugador tan joven? Tal vez, al considerar que apenas disputó 56 juegos como catcher la pasada campaña con Seattle. Pero Montero tiene una muy buena idea de la responsabilidad. "Me preparo para ser un catcher de todos los días, si me toca hacerlo todos los días", dijo Montero al participar el fin de semana en una actividad de promoción del equipo con los fanáticos. "Todos saben que a veces me canso, todo el mundo se cansa. Voy a tratar de estar de estar detrás del plato todo lo que se pueda". El que Montero pueda convertirse en un receptor regular fue una de las interrogantes al tope de la lista cuando Seattle le adquirió mediante un canje previo a la temporada de 2012. A raíz de la rotación que le tocó en su campaña de novato, no se pudo resolver mucho sobre el futuro de Montero como un catcher a tiempo completo. Pero las salidas de Miguel Olivo (agente libre) y John Jaso (canje), el puesto tiene a Montero como único dueño. Hay algunos prospectos en las menores como Mike Zunino (selección de primera ronda en el draft del año pasado) y John Hicks, pero no se prevé que ninguno pueda ganarse un puesto en el roster para la temporada regular. "Es algo que es más mental que físico. No tengo ninguna que puede hacerlo desde una perspectiva del talento, que fundamentalmente puede lidiar con la función", dijo el manager de Seattle, Eric Wedge. "Pero el ser tan joven e inexperto, la exigencia en concentración. Le pedimos mucho a nuestros catchers. Y luego está el desgaste físico, que es algo serio. Pero él sabe que está aquí para ser un receptor. Será mi decisión cuántos juegos le tocará como receptor, pero le pediremos que lo máximo que nosotros creamos que puede hacer y que pueda rendir como es capaz de hacerlo". Montero viene de una campaña de novato que tuvo las fluctuaciones propias de un primer año. Tuvo sus momentos en los que fue el mejor bateador de los Marineros y en otros lució frustrado en el plato. Terminó el año con promedio de .260, 15 jonrones y 62 remolcadas. Seattle necesita que Montero sea su catcher número uno para mantener su bate en la alineación y así repartir turnos a las nuevas adquisiciones que podrían tomar el puesto de bateador designado, la asignatura principal del venezolano en 2012. Los Marineros obtuvieron al cubano Kendrys Morales y Michael Morse en canjes, y contrataron a Jason Bay y Raúl Ibáñez, quienes podrían ver acción en diversas posiciones esta temporada. Pero para maximizar el potencial de una alineación que a la ofensiva ha sido la peor en las mayores los últimos tres años, necesitan que Montero sea el catcher y no estar como designado. Montero lució mejor al bate en su año de novato cuando le tocaba ser receptor. En los 56 juegos que atrapó, bateó para .310 con un slugging de casi .500, 10 jonrones y 32 producidas. Sus números ofensivos mermaron significativamente como designado, pese a tener 100 o más turnos. Sólo conectó cinco jonrones como designado, se ponchó 60 veces y su porcentaje de slugging fue de .310. "Estar en Grandes Ligas no es fácil, pero eso yo ya lo sé. Ahora ya sé lo que me espera este año", dijo Montero. Los Marineros instruyeron a Montero a que perdiera peso durante el receso de invierno y mejorar como corredor. A primera vista el fin de semana, Montero lucía más delgado. "Aprendí a correr", dijo. Sólo para cerciorarse que Montero entendió la orden de Seattle, el venezolano se presentó ante los jerarcas del equipo para así dar garantías que se tomó en serio el acondicionamiento físico durante las vacaciones. "Todos saben que soy lento, pero (yo creo) que puedo hacerlo un poco mejor y ser algo más rápido", dijo Montero. "A eso me dedique, a correr".