La experiencia favorece a “Bolillo”

Llegó la hora de la verdad. Las Eliminatorias de la Concacaf están a la vuelta de la esquina y Hernán Darío Gómez asume la responsabilidad para la cual verdaderamente decidió dirigir a La Sele.

Panamá iniciará su camino a Rusia 2018, ante Jamaica el 13 de noviembre.

“Bolillo” Gómez, quien ha asegurado en reiteradas ocasiones que su "objetivo es el Mundial", es un entrenador que indudablemente tiene capacidad para llevar a cualquier selección a una cita mundialista, pero hoy en día la presión para el colombiano podría ser su principal enemigo.

"Bolillo", es como lo conocen en el mundo futbolístico, pese a tener otro seudónimo en Colombia, donde también lo apodan como "El Bembé".

El estilo de Hernán Darío Gómez refleja las raíces del fútbol Sudamericano. Vistió la camiseta de la Selección de Colombia en unos juegos Centroamericanos y del Caribe en 1978, del Independiente Medellín y del Atlético Nacional en el torneo local de su país; con este último logró salir campeón en una oportunidad como jugador activo. Se retiró en 1984.

No obstante, fueron los títulos como entrenador, los que le dieron el reconocimiento por los fanáticos colombianos y que además le ayudaron a darse a conocer en el resto del mundo.

Logró dirigir al Atlético Nacional, haciéndolo campeón nacional y otorgándole, además, una copa Interamericana en la temporada 1990 - 1991.

La Sele está en las manos de un experimentado:

• "Bolillo" Gómez, tiene experiencia en mundiales con Colombia y Ecuador.
• En los mundiales de 1990 y 1994 fue asistente técnico de Francisco Maturana.
• Con la Selección de Ecuador, logró obtener por primera vez su clasificación a un mundial de fútbol en el año 2002, y estuvo al frente de la selección de aquel país hasta la Copa América 2004 completando 64 partidos internacionales.
• El estratega colombiano, también dirigió a la selección de Guatemala y al Santa Fe en su país.

Muchos han criticado a Gómez por la falta de resultados. La Sele tiene 12 partidos sin conocer la victoria, sin embargo, la trayectoria del preparador obliga a los panameños a confiar nuevamente en su trabajo.