La guerra no es solo dentro de la cancha

De verdad que es cierto lo que siempre me decía en la sala de redacción un compañero muy querido llamado el “Gordo”. Yo dudaba, pero en el fútbol; así como en los negocios y todo tipo de cosas que se hacen a diario, existe la “tracamusia”, es decir: el juega vivo.

A qué me refiero con esto, resulta que los “gringos” no son tontos, ellos saben que los juegos se ganan fuera y dentro de la cancha, como una guerra sicológica digna de los tiempos aquellos donde el mundo no se ponía de acuerdo en nada. Se llevaron a los panameños para lo más alto de su país (Seattle), donde el frío es bárbaro, por no decir otra cosa. Imagino que dirían: “si nos fue bien en Denver cuando le ganamos 1-0 a Costa Rica en medio de la nieve, mejor nos llevamos a estos panameños a Seattle para que se congelen”. Muy bien lo decía el “Gordo”: “el juego nos solo son 90 minutos, fuera de eso se juega de forma sicológica”.

Las cosa es que cada país sabe lo que tiene que hacer en la cancha para ganar y una de sus artimañas es buscar un lugar donde el rival se sienta de la patada y así lograr sus debilidades. Recuerdo cuando pasó lo de Costa Rica que el técnico se quejó; se quejó el chino Eduardo Li (presidente de la Fedefutbol) y nadie les hizo caso. Por eso es que a veces Julio Dely dice que a la Concacaf no le conviene que Panamá vaya a un Mundial, porque, según ellos, es una selección que no llena estadios.

Mafia o no en la Concacaf, lo cierto es que cada una de las selecciones sabe cómo manipular las circunstancias para ponerlas a su favor y así sacar un resultado favorable. Mucho se habló que en Panamá se había dejado el césped alto por los laterales para frenar a los mexicanos, pero me atrevo a apostar que eso nunca pasó por la mente de Néstor Córdoba, el encargado de esta labor. Creo que en Panamá todavía somos ingenuos por ese lado; que conste ¡TODAVÍA!

Mucho se criticó a Panamá cuando le hacía bulla a los jugadores fuera del hotel cuando venían al país, pero a eso es que me refiero cuando digo que el partido no son solo los 90 minutos dentro del cuadro; también se juega fuera de él. Es por eso que, dentro de lo razonable, cuando nos toque la oportunidad de recibir a otra selección en nuestro patio; en lugar de estar pateando y empujando a los camarógrafos y fotógrafos que quieren cubrir la llegada o salida de los rivales, es mejor poner en práctica las tácticas que nos enseñan los “gringos” y centroamericanos fuera del estadio.

Si esa presión tiene o no efecto, no se sabe, pero como dice el dicho: ¡DE LO QUE LLEVAS TRAES!

Por: Laureano Barría Moreno