El Cuscatlan y sus ánimos quedaron mudos con el triunfo panameño
Los jugadores panameños realizaron la gran hazaña de enmudecer al coloso de Monserrat.
SAN SALVADOR. Los jugadores panameños realizaron la gran hazaña de enmudecer al coloso de Monserrat.
El estadio Cuscatlan y su afición, muy metida en juego, quedó muda tras el triunfo de Panamá 3-1 sobre El Salvador.
El primer gol de Panamá fue de uno conocido por la afición salvadoreña, Nicolás ‘Yuyu’ Muñoz lo que confrontó a la gradería… algunos lo abuchearon y otros lo aplaudieron. Nico, como le dice los cuscatlecos, cumplió con no celebrar el gol, por respeto a lo que el balompié salvadoreño le ha aportado a su carrera.
El segundo gol panameño de Aníbal Godoy, volvió a silenciar los ánimos y los cantos agresivos de la afición azul, en especial en el “Vietman”, nombre que se le da a la gradería popular del Cuscatlan.
Nuevamente los ánimos se caldearon cuando El Salvador logra el descuento 2-1, antes de irse al descanso del medio tiempo.
Iniciado la segunda parte, la barra Azul aumentó su presión sobre el banquillo donde está ubicado Panamá, con gritos y mucho insulto. Durante el mediotiempo fue evidente como el calor del juego, tornado ya brusco, se había trasladado a las graderías, de donde no se dejó de lanzar objetos al terreno donde circulaban los jugadores panameños.
Cayó el tercer gol de Panamá, obra de Roberto Nurse… la suplencia panameña y parte de cuerpo de utileros comenzó a burlarse de la Tribuna Sur. La reacción de público no se hizo esperar. El banquillo donde estaba Panamá fue reforzado con más unidades policiales ante la notable hostilidad.
El pitazo final, la victoria panameña de 3-1 sobre El Salvador, sólo causó tres reacciones en la afición azul: enojo, frustración y silencio.
