Prensa de El Salvador asegura que "la brecha se acortó"

Hace 10 años, en 2004, hablar de un partido entre El Salvador y Panamá era saber que la balanza estaba inclinada del lado cuscatleco y que el favoritismo caía de ese lado del mapa sin atenuantes.

Los números lo decían y no mentían. Hasta 2004, mostraban que la correlación entre victorias de cada país era de 16 a favor de los cuscatlecos y apenas siete para los canaleros. Nueve triunfos de diferencia como muestra de paternidad.

Sin embargo, desde 2004 la tendencia comenzó a cambiar. Panamá comenzó a hacer mejor las cosas, a ser más ordenado (más ordenado inclusive que el mismo El Salvador) y los resultados comenzaron a caer por su propio peso.

Así, los números que hace una década inclinaban la balanza a favor salvadoreño hoy continúan, sí, del mismo lado, pero con una diferencia mucho, muchísimo, menor en comparación con la de 2004.

Desde 10 años atrás a la fecha, los panameños redujeron el margen. Ya no son 16 victorias salvadoreñas y siete panameñas, sino 17 triunfos azules (apenas uno más en una década) contra 14 canaleros (siete en 10 años). La paternidad global continúa del lado salvadoreño, pero la de los últimos tiempos es plenamente roja.

Inclusive, el desarrollo panameño y el estancamiento cuscatleco se han visto reflejados también en el ranking FIFA. Mientras los canaleros no han dejado de subir y apenas han tenido bajones de posiciones, la Azul ha oscilado entre cimas y simas que reflejan la inestabilidad de su fútbol en los tiempos recientes.

En 2004, Panamá ocupaba la posición 100 de la clasificación del ente. Desde entonces, sus posiciones al finalizar el año nunca ha estado por debajo de la posición 90. Inclusive, en marzo de este año se coló entre las 30 mejores selecciones del planeta al escalar hasta el puesto 29.

Mientras, para la Azul ha sido un constante sube y baja. Aquel mismo 2004, el equipo de todos los salvadoreños estaba en la casilla 106 y la inactividad futbolística a la que se vio sometido durante casi dos años lo relegó a la posición 156 en 2006.

Luego mejoró, pero tambaleó. Cerró 2008 como 111 del mundo para ascender en 2009 al puesto 78, aunque después, en 2010, volvió a caer hasta el 117; y recuperarse en 2011, cuando terminó en la casilla 69. Empero, en 2012, sufrió otro empellón hacia abajo para quedarse en el puesto 103.

Y esa evolución e involución se vieron reflejadas también en cada encuentro que jugaron en ese período. En 2004, camino a Alemania 2006, la Azul derrotó 2-1 a Panamá y después tuvo que esperar cuatro años para ganarle otro encuentros a los canaleros. Eso sí, fue uno inolvidable: aquel 3-1 que permitió a los entonces pupilos de Carlos de los Cobos seguir en camino al mundial Sudáfrica 2010 y dejó eliminada a la que los panameños consideraban su mejor generación de seleccionados.

Empero, desde entonces, otra vez la obscuridad. Seis años después, El Salvador no ha vuelto a ganarle un partido a Panamá. En ese lapso, van seis partidos, de los cuales tres derrotas y tres empates, aunque dos de ellos se definieron luego en penaltis y también cayeron del lado panameño, el reflejo que ha evolucionado y que el fútbol salvadoreño aún no quiere ver.