La historia del aceite vegetal tóxico que mató a miles de personas por una negligencia

Imagen ilustrativa
Imagen ilustrativa: aceite de oliva / Pixabay
Ana Carolina Barsallo
27 de octubre 2021 - 06:07

Décadas antes que llegara el covid, España ya había pasado por la peor crisis sanitaria, donde murieron más de 5,000 personas tras consumir aceite industrial vendido como aceite de oliva.

Fue llamado ‘Síndrome de Aceite Tóxico’, (SAT) por sus siglas, y se convirtió en una enfermedad que destrozó miles de familias en el país, siendo considerado el primer envenenamiento masivo de la historia de España.

Gracias a prácticas de compañías como Rapsa y Raelsa, que importaron, procesaron y comercializaron un producto que despachaban como ‘aceite de cocina’ a bajos precios, vendiéndose clandestinamente en todo el país, bajo el etiquetado del tradicional aceite de oliva español.

Cuando transcurría la primavera de 1981, en la región de Torrejón de Ardoz en Madrid, iniciaron los primeros casos de lo que era una extraña enfermedad que saturó los hospitales en dos semanas.

La sintomatología inició con problemas respiratorios, malestar en el pecho, dolor de cabeza, perdida de apetito y sudoración, además de otros síntomas.

A diferencia de lo que pensaban las autoridades sanitarias, doctores descubrieron que la enfermedad no tenía un tiempo de incubación, ya que afectaba al mismo tiempo a personas cercanas.

"Todos enfermaban a la vez. Esto era muy extraño para una enfermedad infecciosa", agregó Casado, quien después de analizar grupos e identificar edades, lugar de residencia y dieta de los pacientes, dio con la causa: un aceite de tapa roja y supuestamente de oliva que se vendía en mercados ambulantes a bajos precios.

Según las investigaciones de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición, los aceites tenían un 60% de aceite de colza desnaturalizado y únicamente 40% de aceite de orujo de oliva o grasas animales.

La desnaturalización del aceite se basa en añadirle productos químicos para utilizarlo industrialmente en pinturas o instrumentos musicales, y no como alimento.

Esta irresponsabilidad, les costó la vida a 5,000 personas, mientras que otras 20,000 quedaron con secuelas de por vida tras consumir este aceite industrial que se vendía como apto para el consumo humano.

Actualmente, victimas sobrevivientes a este envenenamiento exigen al gobierno un alza en las indemnizaciones que reciben hace mas de 20 años, que hoy no les alcanza para lidiar con las enfermedades que tendrán de por vida.

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