2016: borrón y cuenta nueva

Bajar de peso, hacer más ejercicio, comer más saludable, redecorar mi apartamento, viajar, ahorrar… Estas son las principales resoluciones de año nuevo que año tras año me propongo. Quiero cambiar malos hábitos, mejorar aspectos de mi vida que no me gustan y disfrutar al máximo de la vida.

Hago borrón y cuenta nueva. Empiezo con mucho entusiasmo, pero a medida que van pasando las semanas y los meses, surgen excusas, actividades más importantes ocupan mi tiempo hasta que “uuuuppps”, estamos a final del año nuevamente y cuando hago el balance de mis metas es negativo.

¿Te identificas? ¿Por qué será que nos cuesta tanto hacer realidad nuestros propósitos para el nuevo año?

La falta de autodisciplina y seguimiento. Por lo general poner lo urgente por encima de lo importante y dejarse a una misma de último”, es para Paola Schmitt, Life Coach y autora del http://blog.paolaschmitt.com/, el principal problema.

De acuerdo con su experiencia, las resoluciones más comunes están ligadas al autocuidado, las personas quieren convertirse en prioridad, estar en sus agendas y vivir de manera más balanceada.

Más que fuerza voluntad

Ver cómo pasamos nuestras resoluciones de un año a otro puede indicarnos que necesitamos pedir ayuda para hacerlas realidad. Un listado general no es suficiente, pero es un buen punto de partida para tener una idea de dónde estamos y adonde queremos llegar.

Y es ahí donde un coach hace la diferencia. Pero ojo, no se trata de fórmulas mágicas y que de repente vamos a convertirnos en una “súperwoman”, que todo lo puede con un chasquear de dedos.

Lo que hace un coach es acompañamiento en el proceso. Como un entrenador elabora, conjuntamente con la persona, un plan de acción que sirve como herramienta para evaluar cuando te estás alejando de tus objetivos y es necesario hacer correctivos para encaminarte nuevamente.

En muchos casos existen miedos y creencias que nos estancan y no nos permiten superar obstáculos que lleven nuestra vida a otro nivel de existencia. Entender cómo pensamos y ciertos comportamientos, sin duda alguna, facilita incorporar hábitos y desarrollar nuestras potencialidades, aseguró Schmitt.

Y si no es ahora, ¿cuando?

“Una de las grandes batallas que libramos diariamente es la lucha entre el quiero y el tengo. Son dos nubes sobre nuestras cabezas y estarán ahí hasta que no aterricemos con acciones concretas”, indicó.

Así que cuando tenemos la lista hecha, ponemos manos a la obra y establecemos para metas en positivo –lo que quiero, no lo que no quiero-. “después vamos aclarándola, definiéndola y analizándola de modo que se cree un sentido de alineamiento y motivación desde adentro”.

Lo que nos va a decir que estamos bien encaminados con nuestros propósitos es si vamos durante el año revisando nuestra lista. Es importante establecer mecanismos de medición para ver si estamos muy lejos o nos estamos acercando a lo que nos hemos propuestas.

No basta con decir “quiero bajar de peso”. Hay que establecer cuanto peso se quiere bajar y en qué tiempo. O cuántos clientes nuevos necesito para ganar la cantidad de dinero que me gustaría tener a final del año.

“Después que se establece cómo vamos a medir el avance, hay que saber por qué esta meta es importante para mí. Con esto le damos sentido a la intención, sino será muy difícil apegarse y establecer un compromiso”. Tenemos que saber cómo nos sentiremos cuando bajemos las libras que queremos con tengamos el dinero que necesitamos en el banco.

Y el paso que tal vez es el más importante, cuándo vamos a comenzar a hacer realidad nuestra resolución, si no es ahora, ¿Cuándo?

Yo trabajo con mujeres estupendas que han logrado grandes cosas, pero siente que les falta algo para terminar de alinear su vida y sentirse completas y en paz. Están listas para crear una visión que realmente quieren para ellas, crear un plan de acción y hacerlo realidad. Porque... Si tú no eres la soberana de tu vida, ¿entonces quién?”.

¡Yo empiezo ya!

Existen varios recursos que pueden ayudarnos:

Blog.paolaschmitt.com.

Libros como You are a Bad Ass de Jen Sincero

The Law of divine compensation de Marianne Williamson

Inteligencia Emocional de Daniel Goleman