La empresa fantasma que ofreció trabajo durante pandemia y terminó estafando a sus trabajadores

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Imagen con fines ilustrativos / Pixabay

Una investigación periodística de la BBC de Londres destapó el oscuro de secreto de una empresa que se hacía pasar por una agencia de moda trasnacional que reclutaba a profesionales destacados en todas partes del mundo con la única intención de aprovecharse de su tiempo y trabajo sin pagarles un solo centavo.

La pandemia del covid-19 obligó a muchas empresas a cerrar sus puertas, lo que causó que miles de personas a nivel mundial perdieran sus trabajos e ingresos. Ante este panorama, una empresa de nombre "MadBird" dedicada al mundo de la moda y las marcas, apareció para ofrecer plazas de teletrabajo con grandes beneficios.

Uno de ellos es Chris Doocey, un gerente de ventas de 27 años de la ciudad de Manchester, que comenzó en Madbird en octubre de 2020. Se le dijo que iba a trabajar desde la casa. La pandemia aún estaba en pleno furor, así que era algo normal.

El Covid-19 había dado un vuelco a la vida de Chris. Le había costado su último trabajo y esta era la razón por la cual había aplicado a este trabajo en Madbird. El anuncio describía a la compañía como "una agencia de diseño digital centrada en humanos, nacida en Londres pero operando a nivel mundial".

Madbird contrató a más de 50 personas más. La mayoría trabajaba en ventas, algunos en diseño y algunos habían sido traídos para supervisar. Cada nuevo recluta recibía la instrucción de trabajar desde casa, comunicándose a través de correo electrónico y hablando los unos a los otros a través de Zoom.

Ansiosos por alcanzar el mercado global, el departamento de recursos humanos de Madbird publicó anuncios en línea para un equipo de ventas internacionales basado en Dubai. Contrataron al menos una decena de personas de Uganda, India, Sudáfrica, Filipinas y otros.

Para ellos, el trabajo representaba más que un cheque de salario, también era una visa al Reino Unido. Sus contratos decían que Madbird patrocinaría su traslado al Reino Unido superaban su periodo de prueba de seis meses, y alcanzaban sus objetivos de ventas.

Periodo de prueba sin paga, algo inusual

Por meses, los negocios diarios de Madbird navegaron pacíficamente, se contrataron más diseñadores para cumplir con los expedientes atrasados que el equipo de ventas estaba negociando.

Pero incluso antes de que se revelara la verdad sobre Madbird, sus trabajadores ya tenían un problema. Por la manera inusual en la que se habían redactado sus contratos, aún no se les pagaba. Aceptaron trabajar únicamente con comisiones durante los primeros seis meses.

Solo hasta que superaran su periodo de prueba iban a recibir un salario: US$47,300 al año para la mayoría. Mientras tanto, solo ganarían un porcentaje por cada acuerdo que lograran negociar. Eran todos adultos jóvenes buscando trabajo y atravesando una pandemia. Muchos sintieron que no tenían opción sino aceptar los términos de sus contratos.

Pero los acuerdos nunca se concretaron. Para febrero de 2021, no se había firmado un solo contrato con clientes. Ninguno de los empleados de Madbird había recibido un centavo.

Algunos reclutas dejaron la empresa después de algunas semanas, pero muchos se quedaron. Muchos habían estado ahí durante casi seis meses, obligados a sacar tarjetas de crédito y pedir dinero prestado de sus familias para mantenerse al día en las cuentas.

Sospechas de que algo estaba mal

Gemma Brett y Antonia Stuart eran dos empleadas con sospechas. Después de investigar en internet, usando buscadores de imágenes, se dieron cuenta que muchos de sus colegas no existían.

Decidieron enviar un correo a todos los empleados usando un alias: Jane Smith. El correo, enviado en una ocupada tarde de semana, acusaba a los fundadores de Madbird de comportamientos "no éticos e inmorales", incluyendo robar el trabajo de otros y "fabricar" miembros de equipo.

Las revelaciones fueron devastadoras para los miembros reales del equipo. Todo lo que habían estado haciendo, al parecer, se había construido sobre mentiras. Ahora parecía que nunca iban a ver nada de dinero en compensación por meses de tiempo y trabajo.

Investigación de la BBC

A diferencia de lo que argumentaba, la compañía no llevaba "transportando productos y experiencias a nivel local y global por 10 años".

De hecho, Ali Ayad, su fundador, solo registró Madbird como una empresa en el Reino Unido el mismo día en el que entrevistó a Chris Doocey para que se convirtiera en gerente de ventas, el 23 de septiembre del año 2020.

Al menos seis de los empleados de más alto rango en Madbird eran falsos. Sus identidades eran una amalgama de fotos robadas de diferentes esquinas de la red y nombres inventados.

Esto incluía al cofundador de Madbird, Dave Stanfield, a pesar de que tuviera un perfil en LinkedIn y que Ali se refiriera a él constantemente.

Algunos de los empleados engañados incluso recibieron correos de su parte. Ali le dijo a un empleado que si quería contactar al señor Stanfield, debía enviarle un correo electrónico porque estaba muy ocupado con proyectos de Nike como para asistir a la llamada.

Usando tecnología de reconocimiento facial fuimos capaces de contrastar la foto de Dave Stanfield con la de su dueño original, un constructor de panales de abejas en Praga llamado Michal Kalis. Cuando localizamos a Michal, confirmó que nunca había oído hablar de Madbird, o de Ali Ayad o de Dave Stanfield.

Nigel White era otro. Incluso, alguien usando ese nombre se conectó a esa llamada de Zoom de enero. Pero su foto no era la de un diseñador gráfico sino la de un modelo cuya imagen es uno de los primeros resultados cuando buscas "hombre pelirrojo" en el archivo de Getty Images. Su cara aparecía en todo internet.

Las víctimas, endeudas y devastadas

El gerente de ventas Chris Doocey había llegado a acumular más de US$13,500 dólares en deudas en una tarjeta de crédito pagando sus recibos mientras recibía su primer salario.

Y luego estaban los empleados extranjeros. En un punto, Elvis John, originario de Chennai en India, había estado esperando estar en un vuelo al Reino Unido. Estaba a apenas semanas de terminar su periodo de seis meses de pruebas y esperando a que Ali le patrocinara su visa. Cuando el correo de Jane Smith llegó, cayó en depresión. "Mis sueños se destruyeron".

Muchos estaban avergonzados de haberse visto envueltos. Algunos esperaron días, e incluso semanas, antes de decirle la verdad a sus familiares y amigos.

Y para otros, la historia era difícil de explicar y siempre estuvo recibida por preguntas que ninguno de los empleados engañados podía contestar.

Ali Ayad, el fundador y mente maquiavela

En algún punto de la investigación, los periodistas de la BBC dieron con el paradero de Ayad, incluso lo confrontaron.

Ante el cuestionamiento de los investigadores sobre las identidades falsas que creó y el robo del trabajo de otras personas a las que engañó, se enfureció.

"¿Lo hice? ¿Cómo saben que lo hice?". ¿Estaba argumentando que alguien más había estado involucrado? Cuando lo presionamos, no mencionó a nadie.

Ali también insistió que Madbird sí tenía una oficina. Pero cuando los periodistas volvieron a cuestionarlo, se arrepintió, asegurando que se refería a una oficina virtual. "No tienes realmente computadores ni nada, ¿cierto? Es una compañía digital".

Eventualmente, dejó de contestar preguntas.

Mientras Ali Ayad se rehúse a contestar, nunca sabremos con certeza por qué creo Madbird.

***Nota de www.bbc.com/mundo***

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