Ajuar sacro, coronas y potencias toman forma en el taller Milagros y Esperanza

Vestir las imágenes de santos y vírgenes es una tradición muy arraigada para la Semana Santa en regiones de España como Sevilla y Málaga, sin embargo, desde hace varios años también es posible en Panamá.

Las sayas o vestidos, coronas, diademas, broches, potencias, peanas y remates de las andas, donde se colocan las imágenes son repujadas y trabajadas en el taller Milagros y Esperanza, en la ciudad de Santiago de Veraguas.

Abraham Rodríguez, es un joven que con su talento da forma a las piezas que portan importantes imágenes, cuyo trabajo ya es reconocido en varias provincias del interior.

Contó a TVN-2.com que todo comenzó como un pasatiempo, ya que tenía algunas imágenes a las que vestía, posteriormente, con la llegada de las redes sociales pudo observar las devociones de la Semana Santa en España, lo que le llamó mucho su atención y despertó su deseo por hacer este tipo de trabajos.

Básicamente lo aprendí por mi cuenta, desde que estaba en el colegio, siempre me ha llamado mucho la atención las manualidades, esas cosas que se hacían con reciclaje, con lata”, Abraham Rodríguez.

En este sentido, recuerda que las primeras coronas que hizo fueron de lata. “Obviamente, con el estilo de las que hoy vemos”. Posteriormente pudo conseguir el material para repujar, que es como un aluminio especial.

Se conoce como repujado a la técnica de labrado de una pieza metálica con los instrumentos adecuados para que en una de sus caras resulten figuras en relieve.

“Ya con eso me daba la libertad de crear muchas más cosas, por cómo venía el material y todo lo demás, ya que eran láminas muy grandes”, explicó.

Agregó que, “todo ha sido ensayo, error, viendo, buscando y experimentando”.

Con el tiempo y gracias a un amigo pudo aprender lo que se conoce como “pan de oro”, que es el dorado de las piezas.

Arte e inspiración sobre la tela

Rodríguez confiesa que suele esmerarse mucho y toma como referencia los trabajos de los vestuarios de los santos en Andalucía.

“Siempre trato que se vea la referencia, el estilo y algo acorde a lo que son las cosas de la Iglesia. Que se vea algo solemne, son imágenes sagradas y tampoco se les puede poner cualquier cosa y de cualquier forma”, acotó.

En los vestidos o sayas plasma su técnica, usando piezas de sedería, mercería, cordones y otras aplicaciones que dan forma con esos materiales a la idea que quiere lograr.

En tanto, su labor comienza haciendo un diseño. “En sí no es bordado, pero ver el proceso de ellos [en España] lo he podido adaptar a la forma mía. Hago el boceto, saco las piezas, lo armo como un rompecabezas. Lo que se dibuja es prácticamente lo que sale en el resultado final del vestido”, dijo.

Explicó que confeccionar el vestuario es un proceso que lleva más tiempo, primero para aterrizar una idea, dibujar, sacar las piezas, calcarlas, recortarlas, pasarlas a la tela y comenzar a trabajar.

Sin embargo, la técnica del repujado, aunque es más desgastante suele trabajarse más rápido. Realizar la peana y el remate del anda de Santa Librada, patrona de Las Tablas tomó dos semanas, aunque hay coronas que las ha hecho hasta en tres días.

Un trabajo apreciado en varias provincias

Formalmente, desde el año 2016 el taller Milagros y Esperanza elabora las piezas como coronas, aureolas y potencias que ciñen las cabezas de importantes imágenes de la provincia de Veraguas, pero su talento se extiende a la región de Azuero, que, a juicio de Rodríguez, es el área que más demanda este tipo de ornamentos.

Ha trabajado en los repujados del anda de Santa Librada.

Desde hace cuatro años también se encarga de la vestimenta y piezas para la Cofradía de la Plaza Herrera en Chitré.

Sostuvo que esta cofradía de nazarenos fue la primera en confiar en su talento. “Gracias a ellos es que hoy día puedo tener una buena referencia”.

Pero el trabajo de este taller va mucho más allá, se extiende también a la parte floral e incluso ha hecho piezas repujadas que se han incorporado a los vestidos de las reinas de Carnaval.

“Todo se ha ido complementando a lo largo del tiempo”, manifestó Rodríguez.

Aunque la pandemia significó el cese de procesiones en las iglesias del país, un golpe a la economía, dado que la Semana Santa representa una época de mayor volumen de trabajo y muchas personas no se han animado a invertir, las labores en este taller no se detienen.

Pese a que en Panamá las imágenes de vestir son poco comunes y no hay esa cultura como en España, Rodríguez aspira a que con su trabajo y talento se logre forjar una tradición propia para el interior del país.