El INA: un semillero de profesionales agropecuarios que se queda sin terrenos

Todas las concesiones y convenios otorgados por diferentes gobiernos respecto a las tierras del centro educativo están actualmente siendo revisados.

Instituto Nacional de Agricultura en Divisa.
Instituto Nacional de Agricultura (INA) / Cortesía MIDA

Ciudad de Panamá, Panamá/De las aproximadamente 843 hectáreas que desde su fundación en 1940 tenía el Instituto Nacional de Agricultura Augusto Samuel Boyd (INA), rebautizado por el gobierno de Laurentino Cortizo como Instituto Técnico Superior de Agro Tecnologías de Las Américas ( ITSA-INA), ahora solo quedan unas 600 hectáreas.

A través de los años, las hectáreas faltantes han sido concedidas por distintos gobiernos mediante convenios y concesiones a entes que al parecer “no reportan ningún beneficio al centro educativo”, afirmó Federico Velásquez, de la Asociación Nacional de Egresados del INA.

Solo en 2014, bajo la administración del entonces ministro Óscar Osorio, se cedieron terrenos al Instituto Panameño de Ganadería de Leche (IPAGAL), que iniciaría con un capital de $625 mil, de los cuales $375 mil fueron aportados por el Fondo de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), $250 mil por el Banco Nacional de Panamá y aportes del Ministerio de Desarrollo Agropecuario (MIDA).

Después de 11 años, este instituto lechero “no ha resultado como estaba previsto”, reconoció en agosto pasado el representante de la Asociación Nacional de Ganaderos (Anagan), Gerardo González.

Al IPAGAL se le adjudicaron aproximadamente 132 hectáreas en la mejor área, conocida como Portugal, que utiliza en su gran mayoría para sembrar pasto Alicia y hacer pacas que vende en su mayoría al hipódromo, aseguró Velásquez.

En los terrenos del INA, ubicados en Divisa, provincia de Herrera, también opera una empresa que desarrolla la cría y ceba de tilapia, una concesión otorgada durante la administración del exministro Augusto Valderrama, señaló una fuente que pidió reserva de su nombre.

Agregó que a esta se le suman oficinas de la Autoridad de los Recursos Acuáticos de Panamá, de Sanidad Vegetal del MIDA, del Comité de Semillas, así como instalaciones del Organismo Internacional Regional de Sanidad Agropecuaria (Oirsa) y de la Comisión Panamá-Estados Unidos para la Erradicación y Prevención del Gusano Barrenador del Ganado (Copeg).

Se conoció que todas las concesiones y convenios están actualmente bajo el escrutinio de Asesoría Legal del INA y que también se le está solicitando a la Autoridad Nacional de Administración de Tierras un levantamiento topográfico del área.

La entidad educativa, según Velásquez, necesita nuevas estructuras, pero para eso se requiere de un patrimonio propio y “cortar el cordón umbilical” que lo une y lo hace depender todavía a estas alturas del MIDA.

Respecto al cambio de nombre, dijo que este fue producto de una ley de la pasada administración de Laurentino Cortizo, pero que para que esta funcione como tal, se requiere que el instituto tenga realmente autonomía, independencia y bienes patrimoniales.

Un ex estudiante del INA y actual productor dijo que el cambio de nombre “fue apurado”, solo para ligarlo a la ley de Política Agroalimentaria de Estado, conocida como la ley del Pade...spués, “una herencia del gobierno de Cortizo que sin implementarse, ya quedó desfasada ante un mundo cada vez más cambiante”.

La última construcción que se hizo en el INA data de hace 10 años: unos dormitorios que servirían para albergar a unos 80 estudiantes, obra que quedó “inconclusa”.

El 9 de octubre de 2015, el expresidente Juan Carlos Varela informó que los pliegos de condiciones para la licitación de las nuevas instalaciones se subirían a PanamaCompra entre 60 y 90 días.

Ya están listas las maquetas de los nuevos edificios de dormitorios, laboratorios, salones de clase que utilizarán energía fotovoltaica a través de paneles solares”, también indicó en esa oportunidad el entonces ministro del MIDA, Jorge Arango.

Nada de eso se hizo”, manifestó de manera tajante el también miembro de la Asociación Nacional de Egresados del INA, Francisco Velásquez.

En cuanto a los planes de estudios, reveló que se está haciendo una evaluación del profesorado para elevar el pénsum académico. “Que tengan al menos un grado de maestría, recomendado para un nivel medio”, apuntó.

La exdirectora del INA cuando se le cambió el nombre, Xenia Ceville, trató de elevar el nivel académico, pero de manera imprevista fue reemplazada por Alexis Calderón, coinciden en señalar diversas fuentes consultadas. Ceville no respondió para conocer mayores detalles.

Ante el deterioro del otrora esplendoroso INA, el actual viceministro del MIDA, Francisco Ameglio, se reunió en agosto pasado con representantes del Banco de Desarrollo de América Latina y el Caribe (CAF) para “explorar la hoja de ruta” que busca convertir al instituto en una entidad de “educación técnica superior”, según reza una información oficial.

En julio de ese mismo año, el funcionario también se reunió con representantes de la empresa china Sinomach, que “busca entablar un mecanismo de cooperación para mejorar la oferta académica, infraestructura y tecnología que ofrece el centro educativo agropecuario del INA”.

De ambas reuniones sostenidas por el viceministro solo quedan las notas de prensa.

Ameglio es miembro designado del ministro de Desarrollo Agropecuario, Roberto Linares, ante el Consejo Directivo del INA, compuesto por representantes del Ministerio de Educación, de la Universidad de Panamá, de la Asociación de Egresados de este centro, del Consejo Nacional Técnico de Agricultura y de la dirección del plantel.

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