La lucha del sector agrícola panameño frente a los retos del cambio climático

Medio ambiente

Las dos estaciones bien definidas generan un escenario dual de oportunidades y riesgos. Mientras la temporada lluviosa ofrece abundancia, también puede desencadenar problemas como inundaciones y erosiones.

Imagen con fines ilustrativos de agricultura, cultivos, productores y sector agrícola.
Imagen con fines ilustrativos de agricultura, cultivos, productores y sector agrícola. / Pixabay

Ciudad de Panamá, Panamá/En un país marcado por un clima tropical, las estaciones lluviosas y secas representan retos significativos para el sector agrícola. En Panamá, las variaciones entre intensas precipitaciones y prolongadas sequías obligan a los productores a adoptar estrategias innovadoras que garanticen la sostenibilidad y la gestión eficiente de los recursos hídricos.

Las dos estaciones bien definidas generan un escenario dual de oportunidades y riesgos. Mientras la temporada lluviosa ofrece abundancia, también puede desencadenar problemas como inundaciones y erosiones.

Por otro lado, los meses secos desafían la productividad con sequías que amenazan los cultivos. Frente a esta realidad, el sector agrícola apuesta por la implementación de técnicas innovadoras para fortalecer su resiliencia ante los constantes cambios climáticos.

Cada período climático presenta desafíos únicos, pero también oportunidades. Durante la temporada seca, se promueve el uso de sistemas de riego eficiente y la siembra de cultivos de ciclo corto que optimicen los recursos disponibles.
Cada período climático presenta desafíos únicos, pero también oportunidades. Durante la temporada seca, se promueve el uso de sistemas de riego eficiente y la siembra de cultivos de ciclo corto que optimicen los recursos disponibles. / Pixabay

La importancia de la información agroclimática

Virgilio Salazar, técnico de la Unidad Agroambiental del Ministerio de Desarrollo Agropecuario (MIDA), destacó en una entrevista con este medio la relevancia de gestionar datos agroclimáticos para apoyar a los productores en la toma de decisiones.

“Gracias al trabajo conjunto con instituciones nacionales e internacionales, generamos información sobre la variabilidad climática y los fenómenos extremos. Este conocimiento es clave para diseñar estrategias que mitiguen los impactos negativos del clima y maximicen las oportunidades”, explicó.

Uno de los instrumentos más destacados en este esfuerzo son las Mesas Técnicas Agroclimáticas, reuniones trimestrales que convocan a especialistas, productores y representantes del sector agropecuario.

En estos encuentros se analizan los escenarios climáticos previstos y se ofrecen recomendaciones específicas para que los productores puedan adaptarse de manera efectiva. Entre las estrategias planteadas están la preparación de reservorios de agua para la temporada seca y el manejo adecuado de cultivos durante las lluvias intensas.

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Estrategias para cada estación

Cada período climático presenta desafíos únicos, pero también oportunidades. Durante la temporada seca, se promueve el uso de sistemas de riego eficiente y la siembra de cultivos de ciclo corto que optimicen los recursos disponibles.

En contraste, la temporada lluviosa impulsa acciones como el fangueo en cultivos de arroz, la reforestación y la mejora de pasturas para la alimentación del ganado. Estas medidas no solo buscan mitigar riesgos, sino también aprovechar las ventajas climáticas. El uso de tecnología desempeña un papel fundamental. La Oficina de Información Espacial Agropecuaria del MIDA utiliza imágenes satelitales y datos históricos para analizar la variabilidad climática.

“Contamos con más de 30 años de datos que nos permiten establecer fechas óptimas para la siembra y la cosecha. Esto es vital para orientar a los productores, dado que el clima es dinámico y cambia constantemente”, afirmó Salazar. Además, la tecnología geoespacial facilita la identificación de áreas críticas y el diseño de estrategias específicas para cada región.

Salazar también subrayó la importancia de capacitar a los productores en buenas prácticas agrícolas y en el uso de herramientas agroclimáticas. “El boletín agroclimático trimestral es una herramienta valiosa para el sector. En él plasmamos recomendaciones específicas para cada región, lo que ayuda a los productores a tomar decisiones informadas”, explicó. Además, hizo un llamado a los agricultores para que participen en estas mesas, espacios diseñados para compartir inquietudes, aprender de los especialistas y acceder a información clave.

La FAO sugiere optar por cultivos resistentes a la sequía, como yuca y piña,.
La FAO sugiere optar por cultivos resistentes a la sequía, como yuca y piña,. / Foto/Archivo

Recomendaciones de organismos internacionales

Un artículo de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) destaca la importancia de un uso adecuado de la tierra. Entre las recomendaciones se incluye asignar cultivos según la capacidad de retención de agua del suelo, priorizando suelos con alta capacidad hídrica para cultivos sensibles a la sequía y utilizando áreas inundables para arroz, maíz y hortalizas.

Además, se sugiere optar por cultivos resistentes a la sequía, como yuca y piña, que toleran condiciones de baja humedad. Entre las estrategias para mejorar la eficiencia en el uso del agua realizadas por la FAO se encuentran:

  • Selección de cultivos eficientes: Optar por cultivos como el maíz, que generan mayor materia seca por cada milímetro de agua utilizada.
  • Ajuste de densidad de plantas: Altas densidades optimizan la transpiración y reducen la evaporación del suelo.
  • Control de malezas: Disminuye la competencia por agua y mejora el rendimiento.
  • Siembra temprana y pregerminación: Asegura un crecimiento rápido y maximiza el uso de las lluvias iniciales.

Para la captura de agua, se promueve:

  • Captura de escorrentía: Recolectar agua de áreas desnudas hacia zonas cultivadas mediante pozos y estructuras dirigidas.
  • Almacenamiento en estanques: Proveer agua para riego durante periodos secos.

Finalmente, la conservación de la humedad del suelo incluye prácticas como la reducción de la labranza, el mantenimiento de cobertura vegetal y el uso de cultivos de cobertura. Estas acciones se complementan con la participación comunitaria para identificar problemas, priorizar soluciones y evaluar resultados.

A pesar de los desafíos que plantea la variabilidad climática, el sector agrícola panameño trabaja proactivamente para transformar los riesgos en oportunidades y asegurar su sostenibilidad a largo plazo.

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