A Dog'S Purpose
En vivo
Ciudad de Panamá, Panamá/Las constantes variaciones a largo plazo de las temperaturas y los patrones climáticos han intensificado el ya alarmante fenómeno del cambio climático. La actividad humana, principal responsable de este fenómeno, ha acelerado su impacto, poniendo en riesgo la estabilidad del planeta. Ante esta situación, diversas naciones y organismos internacionales han implementado estrategias dirigidas a mitigar sus efectos.
Entre las iniciativas globales destaca el Acuerdo de París, un tratado internacional sobre el cambio climático adoptado por 196 partes, entre ellas Panamá, durante la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático de 2015 (COP21) en París, Francia. Este acuerdo, que entró en vigor el 4 de noviembre de 2016, tiene como objetivo principal limitar el calentamiento global a muy por debajo de 2 °C, con una meta ambiciosa de 1.5 °C en comparación con los niveles preindustriales.
Para alcanzar esta meta, los países se comprometieron a lograr el pico de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) lo antes posible y trabajar hacia una neutralidad climática para mediados de siglo. Según la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (Cmnucc), el Acuerdo de París representa un avance histórico al unir por primera vez a todas las naciones en un esfuerzo conjunto para combatir el cambio climático y adaptarse a sus efectos.
El acuerdo también establece un marco de transparencia mejorado que obliga a los países, a partir de 2024, a informar de manera transparente sobre las medidas adoptadas y los progresos realizados en la mitigación de este fenómeno, la adaptación y el apoyo recibido o prestado.
A pesar de los avances logrados desde la entrada en vigor del Acuerdo de París, la Cmnucc destaca la necesidad de intensificar las medidas climáticas. Los sectores de energía y transporte han liderado la transición hacia soluciones de cero emisiones, que podrían ser competitivas en sectores que representarán más del 70 % de las emisiones globales para 2030.
En este contexto global, Panamá ha dado pasos significativos para abordar el cambio climático. Según el Inventario Nacional 2024 del Primer Informe Bienal de Transparencia presentado por el Ministerio de Ambiente (MiAmbiente), la nación se ha consolidado como uno de los primeros países en desarrollo en cumplir con las exigencias del Marco Reforzado de Transparencia del Acuerdo, posicionándose como líder regional en políticas ambientales.
El informe destaca que Panamá mantiene su estatus como nación de carbono negativo gracias a su vasta cobertura boscosa y a esfuerzos continuos en reforestación, conservación y restauración forestal. Además, desde la ratificación del Acuerdo, el país ha implementado el Sistema Sostenible de Inventarios Nacionales de Gases de Efecto Invernadero (Ssingei), garantizando la transparencia y precisión en la elaboración de inventarios de emisiones.
Sin embargo, el informe también señala los desafíos que enfrenta el país, como el aumento de emisiones en los sectores de energía y residuos. Aunque la absorción neta de CO2 sigue siendo favorable, el incremento de la presión sobre los recursos naturales demanda esfuerzos adicionales para fortalecer la gestión ambiental y reducir las emisiones.
Una de las acciones innovadoras de Panamá ha sido la adopción del Suplemento de Humedales del IPCC, que permite incluir por primera vez emisiones y absorciones relacionadas con ecosistemas críticos en sus inventarios. Para la entidad, estas medidas reflejan la determinación del país de avanzar hacia un desarrollo bajo en emisiones y resiliente al cambio climático.
El abogado ambientalista Harley Mitchell explicó TVN-2.com las implicaciones legales y prácticas del compromiso de Panamá con el Acuerdo. Destacó que, además de controlar las emisiones, el país canalero debe divulgar información sobre los efectos del cambio climático a instituciones y sociedad civil, así como adoptar medidas de adaptación al cambio climático.
Estas responsabilidades también incluyen el cumplimiento de compromisos previos, como la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático de 1992, lo que subraya la continuidad y ampliación de las políticas ambientales.
Mitchell señaló que el principal desafío radica en garantizar que las políticas climáticas nacionales estén alineadas con los objetivos del Acuerdo de París. Desde su ratificación, Panamá ha emitido normativas como diversos decretos ejecutivos que desarrollan la Ley 41 de 1998, General de Ambiente. Estos instrumentos permiten a las industrias presentar informes sobre sus emisiones y contribuyen a la transparencia en el manejo ambiental.
Un ejemplo clave es el Decreto Ejecutivo Nº 1 del 1 de marzo de 2023, que regula el proceso de evaluación de impacto ambiental. Este decreto exige a las empresas detallar sus emisiones, proponer medidas para reducir la vulnerabilidad climática y compensar cualquier afectación a sumideros de carbono, como los bosques. Sin embargo, Mitchell subrayó que aún faltan elementos para fortalecer el ordenamiento ambiental territorial, como un mayor respaldo a las energías renovables.
El experto también hizo énfasis en la importancia de informar a las comunidades costeras sobre los riesgos del cambio climático. Mitchell confirmó la existencia de mecanismos legales en Panamá para responsabilizar a empresas e industrias que incumplan con las regulaciones ambientales. El Acuerdo de París actúa como fuente formal de derecho, fortaleciendo la Ley General de Ambiente y sus reglamentos.
Explicó que las sanciones por incumplimientos pueden ser administrativas, civiles o penales, dependiendo de la gravedad del caso. De hecho, la Corte Suprema de Justicia ha establecido jurisprudencia sobre la preeminencia de estos acuerdos internacionales.
Finalmente, Mitchell destacó las alianzas internacionales de Panamá en materia climática. Señaló que los pequeños estados insulares en desarrollo, así como los países del G77 y China, comparten intereses comunes en la lucha contra el cambio climático.
Aunque algunos países desarrollados, como Estados Unidos, tienen posturas inconsistentes respecto a los acuerdos climáticos, el bloque de la Unión Europea se ha destacado por su compromiso con la reducción de emisiones y el uso de energías renovables.