Violencia contra las mujeres, un problema sin fin en Panamá

Violencia contra la mujer

En la comarca Ngäbe Buglé se contabilizan tres feminicidios en lo que va de este año. Los más afectados son los niños que quedan huérfanos como víctimas inocentes de estas tragedias.

Las estadísticas del Ministerio Público dieron cuenta que 12 mujeres, sin contabilizar las dos de la comarca y una de la provincia de Panamá Oeste, murieron en manos de sus parejas. Otras cinco lograron sobrevivir a sus agresores.

Violencia contra las mujeres, un problema sin fin en Panamá
Violencia contra las mujeres, un problema sin fin en Panamá / Pixabay
Urania Molina - Corresponsal digital
26 de agosto 2021 - 06:21

Ciudad de Panamá/Un hecho violento estremeció una vez más a la comunidad Río Caña del distrito de Kusapín de la comarca Ngäbe Buglé. Esta vez, Lauren Becker Salazar de 37 años de edad acabó a machetazos con la vida de Viviana Morales de 35 años de edad, su mujer y Virginia Morales de 58 años de edad, su suegra.

En un charco de sangre quedaron los cuerpos de las mujeres para asombro e impotencia de sus familiares que no pudieron hacer nada para detener la furia de un hombre que nunca aceptó que la madre de sus hijos lo dejara.

Los cuerpos inertes, los gritos y llantos de grandes y chicos es lo último que escuchó Becker Salazar al huir de la escena macabra que incluía a una de las mujeres decapitadas hasta encontrar un lugar donde colocar una soga para quitarse la vida y evitar la justicia humana. Murió ahorcado.

Es la segunda vez en menos de ocho meses que esta comunidad de la región, Ñe Kribo en la comarca Ngäbe Buglé, ocupa los titulares de los medios de comunicación por un tema diferente a la actividad que los mantiene en el radar de la información desde el pasado 2003; el proyecto de protección de tortugas que realizan en playa Chiriquí.

El pasado mes de diciembre Mónica Cevera Palacios de 26 años de edad perdió la vida a manos de su pareja Rosendo Ábrego de 42 años de edad. Ábrego al igual que Becker utilizó un machete para asesinar a la mujer y posteriormente evadió la justicia colgándose de un árbol.

Los dos hechos dejaron a diez niños en la orfandad.

Una alerta social

La muerte de mujeres a manos de sus parejas o exparejas es un tema que alcanza ribetes de alarma y preocupación dentro de la sociedad, pero al parecer todavía no logra impactar lo suficiente en las autoridades llamadas a trabajar e implementar políticas tendientes a garantizar la salud y la vida de las féminas víctimas de violencia doméstica.

Las estadísticas del Ministerio Público son un reflejo de que este flagelo social no cede terreno, por el contrario, según señalan defensoras de los derechos de las mujeres con la pandemia se exacerbó dando como resultado 12 feminicidios hasta el pasado 31 de julio, lo que significa que las muertes de las Morales (madre e hija) no están contabilizadas en este recuento.

Con estos decesos la comarca Ngäbe Buglé llega a los tres en lo que va del año, solo superado por Panamá Oeste con cuatro si se toma en cuenta una víctima de 45 años de edad, que al igual a las Morales (madre e hija), no están registradas todavía en las estadísticas del Ministerio Público.

Otras provincias, comarcas y distritos con casos de feminicidios son Bocas del Toro y Panamá con 2, Chiriquí, Coclé, Darién, Herrera llevan uno, mientras que Los Santos, San Miguelito, Veraguas y las comarcas Emberá y Guna Yala no reportan muertes de mujeres solo por ser mujeres en sus territorios. La muerte violenta de mujeres (10) y las tentativas de femicidio (5) también forman parte de las cifras tétricas.

Ministerio Público
Ministerio Público

La directora encargada del Instituto Nacional de la Mujer, Nellys Herrera, quien visitó la comunidad donde se registró el doble femicidio, junto a funcionarios de la Secretaría Nacional de Niñez, Adolescencia y Familia y la Policía Nacional, explicó que este hecho mantiene una comunidad “golpeada” y sumida en la tristeza por la “tragedia tan grande” que les tocó vivir y presenciar. La muerte estaba anunciada.

Las dos mujeres asesinadas dejan [en la orfandad] a menores de edad. En el caso de la señora Viviana y Virginia ambas habían sido amenazadas ya de muerte por este hombre. Según nos cuentan cada vez que tenían discusiones él la amenazaba. Te voy a matar, te voy a matar le decía y cuando la suegra intervenía la amenaza era que primero te mato a ti y después a tu mamá, lo que finalmente concluyó”, indicó Herrera.

Para lograrlo, relató Herrera, se escondió entre los arbustos próximo a la casa de Viviana para esperar que saliera a pescar. Escondido entre la maleza dejó que pasara la hermana y como “un animal” se abalanzó con el machete en su mano sobre la mujer que no pudo hacer nada para defenderse. Con el machete le propinó, entre otras, la herida mortal.

Ante semejante ataque, relató Herrera, la hermana de Viviana quien la acompañaba en la faena de pesca trató de ayudarla, pero el hombre la persiguió con la intención de asesinarla también. La mujer corre y grita mientras escapa del ataque y su algarabía hace que salgan el resto de los familiares que se encontraban en casa, entre ellos Virginia, la suegra que cae también muerta herida por el machete, contó Herrera.

Los informes preliminares sobre este hecho de sangre descartan que el femicida, quien trabajaba y vivía en otra comunidad, no se encontrara bajo los efectos del alcohol o las drogas. Antes de huir y terminar con su vida amenazó a todos los que se querían acercar a detenerlo, indicó la funcionaria.

Mujeres de las comarcas llevan a sus hijos al programa de salud.
Mujeres de las comarcas llevan a sus hijos al programa de salud. / Foto/Cortesía

Además, llamó la atención de las mujeres a estar atentas a situaciones que alertan sobre si están o pueden caer en violencia intrafamiliar. “Cuando una persona [tu pareja] te hace partícipe de bromas hirientes, te chantajea, te miente, te ignora, te cela, te culpa, te ridiculiza, te ofende, te humilla, te descalifica; eso es violencia, pero después existe otra etapa en la que te controla. Aquí es donde la mujer debe aprender a detectar el momento en que tiene que correr [huir de esta relación]. Un hombre que te controla, que te espía, que se va hasta tu trabajo a seguirte, que te prohíbe relacionarte con tu familia, con tus amistades. Te controla el dinero que gastas, los lugares que visitas; eso es violencia”, sentenció.

Agregó que para apoyar a las mujeres víctimas de violencia doméstica están trabajando en estrategias a corto, mediano y largo plazo. Una de estas es el análisis de la ruta de atención de las mujeres víctimas de violencia junto a las otras entidades involucradas. En este aspecto, indicó que una de las primeras tareas es crear una campaña de divulgación para educar a la población en general sobre lo que se constituye violencia doméstica seguida de la capacitación de los fiscales encargados del tema dentro del Ministerio Público.

La activista y defensora de los derechos humanos, Joyce Araujo, calificó de “terrible” los hechos de violencia que tienen como víctimas fatales a las mujeres, una situación que considera que dentro del contexto de la pandemia se exacerbó para perjuicio de niñas, jóvenes y mujeres debido a que se pasa más tiempo con los agresores o porque ahora hay más dependencia económica

Araujo, al hablar de las normas que existen para proteger a la mujer de la violencia doméstica, expresó que el país cuenta con una legislación que protege los derechos humanos de las mujeres. Se elaboraron protocolos y se crearon mecanismos para atención a víctimas, pero el gran reto que se tiene como Estado es cumplir con lo aprobado y tratar la violencia contra las mujeres como un tema de salud pública, “esa es la gran deuda, el cumplimiento y ejecución de esas políticas públicas”, cerró.

En ese mismo orden de ideas, la exdirectora del Instituto Nacional de la Mujer, Liriola Leoteau, reiteró como en otras ocasiones lo hizo, que este flagelo pasa por un tema de educación, es decir, un trabajo integral para cambiar patrones culturales arraigados en la sociedad que solo perjudican a las mujeres.

Esto, por una parte, indicó Leoteau, quien además llamó la atención a los miembros del Comité Nacional contra la Violencia en la Mujer, creado como parte del contenido de la Ley Nº 82 de 24 de octubre de 2013, por medio del cual se tipifica el femicidio y la Violencia contra la Mujer, sobre su obligación en la creación y ejecución de políticas públicas para la prevención contra la violencia hacia la mujer.

Los casos de feminicidios van en aumento.
Los casos de feminicidios van en aumento. / Foto/Tomada de Twitter

No se vale que la institucionalidad se desentienda o que una sola institución asuma la obligación de prevenir la violencia contra la mujer, porque eso no es lo que dice la ley”, indicó la exdirectora del Instituto Nacional de la Mujer.

Añadió que este comité es el espacio nacional para articular las políticas de prevención de la violencia contra las mujeres, pero mientras las cabezas de estas instituciones del Estado no asuman su responsabilidad a cabalidad, las mujeres seguirán en una situación de indefensión y vulnerabilidad.

Leoteau expresó que este compromiso incluye un aspecto que parece obvio, pero no lo es, como participar con poder, mando y decisión en las reuniones que convoca el Instituto Nacional de la Mujer, quien preside este comité.

La exfuncionaria fue más allá y advirtió que en las últimas dos administraciones gubernamentales del Instituto Nacional de la Mujer se encargaron de crear y reglamentar la Ley Nº 82, por lo que a esta le corresponde ejecutar las acciones conforme a las responsabilidades que tiene cada una de las instituciones llamadas a prevenir las agresiones de cualquier tipo en contra de las féminas.

En relación a las acciones de los encargados de investigar y administrar justicia, indicó que los métodos alternativos de resolución de conflicto en el caso de mujeres víctimas de violencia doméstica son el acuerdo y la suspensión del proceso, pero en ambos el único que tiene sus garantías y seguridad es el hombre.

Si tenemos un nuevo sistema de justicia como es el Sistema Penal Acusatorio en el que los acuerdos, los cuales no comparto, así como la suspensión del proceso deben ser sólidos y basados en condiciones reales para garantizar la protección de las mujeres”, indicó Leoteau.

Fachada del Sistema Penal Acusatorio.
Fachada del Sistema Penal Acusatorio. / Redes Sociales

Sin embargo, lo que en este momento ocurre es que la mujer queda en un estado de indefensión, aun cuando su proceso esté judicializado, porque el hombre queda con todas las libertades y las mujeres con miedo de lo que estos le puedan hacer.

Está comprobado que las boletas de protección y las medidas de alejamiento, por ejemplo, no son suficientes al momento en que un hombre atenta contra la vida de su pareja o expareja.

Las mujeres no somos ciudadanas de segunda categoría”, sentenció Leoteau como una referencia a que el Estado debe proporcionar las garantías y los espacios para el desarrollo pleno de las mujeres en un ambiente libre de violencia de todo tipo.

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