El museo sobre Ricardo J. Alfaro con gran riqueza histórica, ¿Sabes dónde está?

Historia en Panamá

Ricardo J. Alfaro y su esposa Amelia Lyons. Esta foto de Carlos Endara está colgada de una de las paredes del museo.
Ricardo J. Alfaro y su esposa Amelia Lyons. Esta foto de Carlos Endara está colgada de una de las paredes del museo. / Foto Carlos Endara Andrade, Col. RLA y ASU, Fototeca de Panamá.

En el centro del barrio de Bella Vista se encuentra, un poco escondido a los ojos del público, un pedazo importante de la historia de Panamá y del mundo. Se trata del Museo, biblioteca y archivo Ricardo J. Alfaro.

El edificio Hispania, que se construyó entre 1931 y 1933 convirtiéndose en el primer edificio de esa altura en la ciudad, ubicado detrás del parque Urraca es donde establece su residencia y oficina el importante intelectual, diplomático y político panameño.

Al cruzar la puerta, de lo que fue su oficina que estaba en la planta baja del edificio, nos transportamos directamente a la época. Podemos ver sus uniformes, condecoraciones, biblioteca, cuadros, fotografías y documentos que acreditan su destacada participación en el ámbito de las leyes tanto a nivel nacional como internacional.

Un enorme retrato del lente de Carlos Endara lo captura en la intimidad de su casa junto a su esposa Amelia Lyons en el periodo en que fungió como presidente de la República.

Al entrar a su oficina podemos apreciar su escritorio de madera maciza, los objetos alrededor, la pluma con la que escribía sus reflexiones, la biblioteca con los libros que quería mantener cerca, casi todos diccionarios, recordemos que el doctor Alfaro, además de político fue miembro destacado de la Academia Panameña de la Lengua y de la de Historia, haciendo contribuciones fundamentales en ambas.

En otra sala, ya más grande se concentra el grueso de su biblioteca que consta de un total de 2,225 libros en varios idiomas, entre los más destacados un ejemplar de las Comedias de Pedro Calderón de la Barca editado en 1683.

Pero tal vez lo más valioso de su legado es su archivo cuyos documentos —alrededor de 140 mil— nos ofrecen detalles de 100 años de la historia panameña y algunos de los momentos más importantes del acontecer mundial del siglo XX.

El escrito de Ricardo J. Alfaro se conserva en el museo que fue su oficina hasta su fallecimiento. Alrededor sus libros y objetos de uso cotidiano.
El escrito de Ricardo J. Alfaro se conserva en el museo que fue su oficina hasta su fallecimiento. Alrededor sus libros y objetos de uso cotidiano. / AAN

Custodiar la historia

En un país donde no estamos acostumbrados a conservar nuestro legado histórico este museo-biblioteca-archivo representa una verdadera rareza.

El esfuerzo se debe al mismo Alfaro “que no botaba nada, todo lo guardaba” y a su familia que, a través de Fundación Ricardo J. Alfaro que dirigen sus nietos Iván Alfaro, director ejecutivo y Ricardo Alberto Alfaro, presidente, que han realizado un trabajo constante durante décadas para conservar este patrimonio “que es de toda la nación”.

La ley No. 19 de diciembre de 1994 del entonces Instituto Nacional de Cultura declara el archivo de Ricardo J. Alfaro “documento histórico de interés nacional y patrimonio de la nación”.

Es así como empieza el trabajo de recuperación de los miles de documentos que Alfaro tenía guardados y ordenados en su oficina. Este proceso lo lidera su hijo Iván Alfaro Lyons y Lupe de Alfaro, quien con cinco archivistas y el apoyo por los Archivos Nacionales acometen la tarea de catalogar, organizar primero y luego, digitalizar los documentos, libros y objetos de la colección. Hasta el año 2001 cuando se inaugura oficialmente el museo.

Ricardo J. Alfaro dando un discurso en las Naciones Unidas
Ricardo J. Alfaro dando un discurso en las Naciones Unidas / Archivo Ricardo J. Alfaro

Los derechos humanos y las Naciones Unidas

Pero hagamos una pausa para hablar de Ricardo J. Alfaro. Ejerció diversos cargos en la administración de la república entre ellos la presidencia de la República durante los años de 1931 y 1932. Además, se destacó como canciller, ministro y embajador panameño en varios países.

También fue un intelectual prolijo. Escribió varios libros y sobre diversos temas como un diccionario de anglicismo, una biografía de Simón Bolívar y varios textos relacionados por la abogacía y las leyes panameñas —entre ellos leyes, tratados y hasta el texto base sobre el que trabajó la Asamblea Constituyente de 1945—. También incursionó en el periodismo dejándonos innumerables artículos que analizaba el acontecer nacional.

Alfaro, que se graduó de leyes en la primera promoción de derecho que salió de la Universidad de Panamá en 1918, cuando quedaba en el Instituto Nacional, fue un gran internacionalista.

Realizó valiosos aportes en la definición de los derechos humanos esenciales y a la creación y desarrollo de la Declaración Universal de los Derechos Humanos de las Naciones Unidas, en la que participó como redactor y traductor al español en el año 1948.

Para Alonso Illueca, abogado especialista en derecho internacional, “Tal como lo relata el propio Dr. Alfaro en su informe titulado ‘La República de Panamá ante la Conferencia de las Naciones Unidas para la organización internacional’, conocido popularmente como el ‘informe Alfaro’, recayó en su persona, en nombre de la República de Panamá participar de las comisiones I, III y IV, encargadas de las disposiciones generales, el Consejo de Seguridad y la organización judicial, respectivamente. El Dr. Alfaro nos recuerda que la expectativa de la humanidad ante la Conferencia era proscribir la guerra, pues la comunidad internacional se encontraba ‘sedienta de paz, de derecho y de justicia, después de haberse visto al borde la esclavitud universal por la fuerza’.’”.

También Humberto E. Ricord, pondera su trabajo en un artículo publicado en La Estrella de Panamá donde afirma que, “las intervenciones de Ricardo J. Alfaro en el foro internacional, con relación a la teoría y la práctica de los derechos humanos, integran una página brillante de su actuación como internacionalista destacado”.

Vista de una parte del archivo Ricardo J. Alfaro que guarda cerca de 140 mil documentos que pertenecieron al destacado político panameño.
Vista de una parte del archivo Ricardo J. Alfaro que guarda cerca de 140 mil documentos que pertenecieron al destacado político panameño. / AAN

Un legado que pertenece a todos

“Mi papá fue el que hizo todo apoyado por mi tía Lupe de Alfaro. Con cinco archivistas ordenaron todos los papeles y cartas que tenía mi abuelo y las digitalizaron. También él consiguió que declaren esto patrimonio histórico de la nación. El archivo es lo más valioso por lo documentos que abarcan más de 100 años de la historia del país”, afirmó don Iván Alfaro, director ejecutivo del archivo.

Me cuenta que su abuelo era un hombre “muy humilde y sencillo”. Y que su familia se ha empeñado en conservar este legado porque consideran que la historia de un país es muy importante.

Sin embargo, aunque están convencidos de su misión a veces es difícil preservar este acervo cultural. Por una parte, reciben del Ministerio de Cultura 15 mil dólares anuales para algunos gastos de funcionamiento.

El principal reto que enfrentan, de acuerdo con Iris Navarro, archivóloga y que tiene 22 años de trabajar en el archivo Alfaro, es conseguir los materiales para conservar los documentos.

En Panamá no hay materiales adecuados para conservar esta documentación. Lo que se ha hecho es utilizar cajas blancas que están cubiertas con papel blanco, pero en el medio son cualquier caja corrugada, eso aporta acidez al documento. Por esto tenemos que cambiar las cajas cada cinco años. Lo mismo pasa con las carpetas que utilizamos, son de cartulina blanca porque es la que menos acidez tiene”, afirma la experta.

Otro reto es la climatización de las áreas de las diferentes áreas sobre todo del archivo.

Según Navarro, “las salas comunes de visita, y el área de consulta tienen una temperatura de 23 grados. Sin embargo, el archivo necesita una temperatura de 20 grados y una humedad relativa que debe estar entre 40 a 55, no puede ser más de eso porque se humedecen los documentos y no puede ser menos porque se nos secan y se nos vuelven quebradizos, además esa temperatura tiene que mantenerse las 24 horas del día los 365 días del año”.
Ricardo J. Alfaro (c) junto a otros miembros de la Academia Panameña de la Historia en las ruinas de Panamá Viejo.
Ricardo J. Alfaro (c) junto a otros miembros de la Academia Panameña de la Historia en las ruinas de Panamá Viejo. / Archivo Ricardo J. Alfaro

Proceso de digitalización

La digitalización de los documentos empezó en el año de 1999 cuando se contrató a una empresa especializada en este tipo de trabajo. Junto con el equipo de archivistas desarrollaron el sistema de manera que siguiendo el catálogo que ya tenían se fueron poniendo las signaturas (identificación de cada documento) correspondientes.

Es decir, es decir en qué serie, en qué caja, en qué carpeta y qué número de documento es, dentro de esa carpeta. De esa misma manera aparecen todos los documentos. Al momento de digitalizar en el sistema que ellos nos proporcionaron nosotros nada más tenemos que poner esa signatura que tiene toda esa información y automáticamente aparece el documento. Lo llamas de acuerdo con esa identificación”, explica Navarro.

Ahora mismo hay 140 mil documentos digitalizados y constantemente se van agregando los que van saliendo, relacionados con Alfaro para mantener el archivo actualizado. Por lo que en él se pueden consultar desde sus calificaciones de la escuela primaria en 1892 hasta los artículos que se escribieron sobre él luego de su fallecimiento en 1971 y documentos que aluden a su personas realizando más recientemente.

Los principales usuarios del archivo son investigadores en su mayoría extranjeros quienes consulta la información en línea y hacen otras cuando no encuentran los datos que necesitan, entonces el equipo ayuda en la búsqueda.

Por otra parte, los estudiantes de la carrera de archivología de la Universidad de Panamá y de la Tecnológica utilizan el archivo para estudiar la materia de clasificación, documentación y conservación de documentos. Además de los estudiantes de derecho que quieren acercarse al a figura de Ricardo J. Alfaro durante sus estudios.

El Museo, biblioteca y archivo Ricardo J. Alfaro es un ejemplo a seguir. Es admirable el compromiso, la dedicación y la constancia de quienes trabajan en él para preservar este patrimonio que además del legado de una familia, es parte importante de la historia de este país y también del mundo.

Está abierto al público general de 8 a 12 mediodía y de 1 a 3:30 de la tarde, de lunes a viernes. La entrada es totalmente gratuita.

Las consultas pueden hacerse a la página web https://www.archivorjalfaro.org/

También puede hacerse una visita virtual a https://virtualartpty.com/tour/ricardojalfaro/

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