Moms' Night Out
En vivo
Ciudad de Panamá, Panamá/La Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC) avanza de forma silenciosa y representa una de las principales amenazas para la salud pública mundial. Según la Organización Mundial de la Salud (OPS), es la tercera causa de muerte a nivel global con cerca de 3 millones de fallecimientos cada año.
Más allá de los números, la EPOC se traduce en hospitales con salas llenas, pacientes que pierden su productividad laboral y familias que enfrentan altos gastos médicos. La falta de diagnóstico temprano y la escasa información disponible convierten a esta enfermedad en un desafío urgente para el sistema sanitario panameño.
La EPOC combina dos condiciones: bronquitis crónica, que produce inflamación de los bronquios y exceso de mucosidad, y enfisema pulmonar, que destruye los alvéolos y limita la entrada de oxígeno. El resultado es un daño progresivo que impide a los pacientes realizar actividades cotidianas.
Los síntomas incluyen tos persistente, falta de aire, fatiga y presión en el pecho. Sin embargo, estos signos suelen confundirse con otras patologías, lo que retrasa la atención médica.
La EPOC genera 106 billones de dólares en costos sanitarios al año y podría alcanzar los 4.3 billones para 2050. En países como Panamá donde es la quinta causa de muerte, los costos recaen principalmente en las familias, que deben cubrir hospitalizaciones, medicamentos y la pérdida de ingresos cuando el paciente no puede seguir trabajando.
La situación se agrava cuando estos pacientes presentan complicaciones, pues el 50% de ellos sufrirá al menos una exacerbación grave en cinco años, y muchas de estas requieren hospitalización. Cada episodio de este tipo deja secuelas irreversibles y duplica el riesgo de infarto lo que aumenta aún más la carga económica y emocional.
Aunque el tabaquismo sigue siendo el factor más conocido, no es el único. El uso de vapeadores, la exposición al humo de leña en zonas rurales, así como la exposición a químicos en entornos laborales, elevan la incidencia de la enfermedad. Además, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) advierte que la región de América Latina podría pasar de 13 a 25 millones de casos en 2050, superando incluso a América del Norte.
Uno de los mayores problemas en Panamá es el subdiagnóstico: entre el 80% y el 90% de los pacientes con EPOC desconocen que tienen la enfermedad. Esto implica que el sistema de salud no logra atender a tiempo a la mayoría de los afectados.
Los especialistas coinciden en que se requieren campañas de prevención, capacitación de médicos de atención primaria y acceso a pruebas diagnósticas como la espirometría. Sin estos esfuerzos, la EPOC seguirá avanzando como una enfermedad invisible, pero devastadora.
Aunque no existe una cura definitiva, los avances científicos ofrecen alternativas para mejorar la calidad de vida de los pacientes. Actualmente, se ha recomendado utilizar la triple terapia: combinando fármacos como LABA, LAMA y corticosteroides inhalados, la cual ha demostrado reducir exacerbaciones y mejorar la función pulmonar, brindando esperanza a quienes enfrentan esta enfermedad. Además, medidas como la rehabilitación pulmonar, la oxigenoterapia y los programas de apoyo al paciente resultan claves para devolver independencia y confianza a las personas con EPOC.
La EPOC es más que un problema médico: es una carga económica que afecta a miles de panameños. Transformar la atención a los pacientes, garantizar diagnósticos tempranos y ampliar el acceso a terapias innovadoras no debería ser solo un ideal, sino una política de Estado.