El 10 % de la población más rica concentra casi mitad de la renta de Brasil
El 10 % de los brasileños con mayores rendimientos acaparan el 43,4 % de toda la renta de Brasil, mientras que el 10 % más pobre sólo se queda con el 0,8 %, según un estudio divulgado hoy por el Gobierno y que confirma las históricas desigualdades del país.
De acuerdo con el Estudio Nacional de Muestras por Domicilios, basado en una encuesta realizada en miles de hogares brasileños en 2016, el 1 % de los trabajadores con las mayores rentas recibía en promedio 27.085 reales (unos 8.464 dólares) por mes, un valor 36,3 veces superior a la renta mensual promedia recibida por la mitad (50 %) de la población (747 reales o 233,4 dólares).
La renta promedio de esos mismos 889.000 brasileños con mayores salarios fue 360 veces superior a la media de los 4,4 millones con peor remuneración (5 %), que tan sólo recibieron 73 reales (unos 22,8 dólares) mensuales, de acuerdo con el sondeo, realizado por el estatal Instituto Brasileño de Geografía y Estadísticas (IBGE).
"Brasil ya es considerado como uno de los países con mayores desigualdades de renta en el mundo, pero este estudio enfatiza aún más qué tanto es desigual el país", aseguró la coordinadora del estudio, María Lucia Vieira, investigadora del IBGE.
El estudio mostró que 124,4 millones de los 205,5 millones de brasileños (el 60,5 % de la población) poseía algún tipo de renta mensual.
De los brasileños con renta, 87,1 millones recibían salarios por su trabajo remunerado y 49,3 millones se sustentaban con otro tipo de renta (jubilación, pensión, alquileres, mesadas o donaciones).
La renta promedio mensual de los brasileños el año pasado fue de 2.053 reales (unos 641,6 dólares), pero para la mitad de la población ese valor tan sólo llegó a 747 reales (233,4 dólares).
El estudio mostró que, además de una gran desigualdad por la renta, el país también registraba profundas desigualdades regionales, ya que la renta promedio de un habitante de la región sudeste, la más rica e industrializada, era de 2.461 reales (unos 769 dólares), mientras que la de un residente en el empobrecido nordeste tan sólo llegaba a 1.352 reales (unos 422,5 dólares).
De esa forma, el índice de Gini, utilizado por la ONU para medir la desigualdad, se ubicó el año pasado en Brasil en 0,549 puntos (entre más cerca de cero más igualdad), pero variaba entre 0,473 puntos en el sur y 0,555 puntos en el nordeste.
El informe también reveló las grandes desigualdades por género ya que, pese a representar la mitad de la población con edad de trabajar, las mujeres tan sólo tenían el 42,5 % de los puestos de trabajo.
Mientras que el salario promedio de una mujer en Brasil era de 1.836 reales (unos 573,7 dólares), el de un hombre llegaba a 2.380 reales (unos 743,7 dólares), es decir que la renta promedio de una mujer era 22,9 % inferior a la de un hombre.
La situación se repite en cuanto a las diferencias raciales porque, pese a que poco más de la mitad de la población brasileña es afrodescendiente, el salario promedio de un blanco (2.810 reales o 878,1 dólares) era 45 % mayor que el de un negro (1.547 reales o 483,4 dólares) o que el de un mulato (1.524 reales o 476,2 dólares).
Por escolaridad de los trabajadores, los universitarios tenían una renta promedio (5.189 reales o 1.621,6 dólares) tres veces superior a la de quienes sólo concluyeron la secundaria (1.716 reales o 536,2 dólares) y unas seis veces mayor que la de las personas sin instrucción (884 reales o 276,2 dólares).