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Un ciudadano de Shanghái fue víctima de un elaborado fraude en el que perdió más de 27.000 dólares, engañado por una supuesta novia que en realidad nunca existió. Los delincuentes utilizaron herramientas de IA generativa para fabricar una identidad convincente, con fotos, videos y documentos falsificados, según informó la emisora estatal china CCTV.
La víctima, convencida de estar en una relación legítima, realizó transferencias por aproximadamente 200.000 yuanes a una cuenta que creyó pertenecía a su pareja. Los estafadores le hicieron creer que el dinero era necesario para financiar un emprendimiento y cubrir tratamientos médicos de un familiar. Para reforzar el engaño, fabricaron documentos médicos y una identificación falsa.
Según las autoridades chinas, la operación fue llevada a cabo por un grupo organizado que enviaba imágenes y videos generados por IA o manipulados a partir de múltiples fotografías reales. CCTV mostró imágenes de la supuesta mujer en diferentes escenarios, como sosteniendo una paleta de pinturas y caminando por una calle, demostrando cómo la IA permitió crear una identidad ficticia con un alto nivel de realismo.
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Lo más alarmante es que el hombre nunca conoció en persona a su supuesta pareja, lo que evidencia el poder de las nuevas tecnologías para manipular emociones y generar confianza a distancia.
Los fraudes amorosos en línea no son nuevos, pero la inteligencia artificial ha elevado la sofisticación de estos engaños. Empresas como Meta han advertido sobre el creciente uso de IA generativa en estafas románticas, donde los delincuentes crean identidades falsas para aprovecharse de personas en busca de pareja.
“Esta es una nueva herramienta en el arsenal de los estafadores”, alertó David Agranovich, director de políticas de interrupción de amenazas globales de Meta. Según el experto, los responsables de estos fraudes están en constante evolución, lo que obliga a las plataformas digitales a actualizar sus métodos de detección.
Las aplicaciones de Meta, como Instagram y WhatsApp, han implementado sistemas que identifican patrones de comportamiento sospechosos en lugar de enfocarse únicamente en imágenes. Esto les permite detectar estafas incluso cuando se emplean herramientas de IA para generar contenido convincente.
“Esto hace que nuestra detección y aplicación sean algo más resistentes a la IA generativa”, explicó Agranovich. Como ejemplo, mencionó una operación fraudulenta desmantelada recientemente en Camboya, cuyo objetivo eran hablantes de chino y japonés. Investigadores de OpenAI descubrieron que este esquema usaba inteligencia artificial para crear y traducir contenido, facilitando el engaño a nivel internacional.
El uso de IA en fraudes digitales está en aumento, pero hay medidas que pueden ayudar a prevenir este tipo de engaños:
El caso del ciudadano chino demuestra que la inteligencia artificial no solo está revolucionando la tecnología, sino también la manera en que los delincuentes ejecutan sus estafas. Ante este panorama, la educación digital y la prevención son clave para evitar caer en fraudes cada vez más sofisticados.