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China ha revelado una de las tecnologías militares más desconcertantes y avanzadas de los últimos años: un dron con forma de mosquito, casi imperceptible a simple vista, diseñado para ejecutar operaciones de espionaje y reconocimiento sin ser detectado. El dispositivo, desarrollado por investigadores de la Universidad Nacional de Tecnología de la Defensa (NUDT), representa un salto significativo en la miniaturización de sistemas militares y en la aplicación de inteligencia artificial a la vigilancia táctica.
El prototipo fue presentado en un reportaje del canal militar CCTV 7, donde Liang Hexiang, estudiante de la NUDT, sostuvo el minúsculo robot entre los dedos y explicó su uso estratégico: “Aquí en mi mano hay un robot tipo mosquito. Estos robots biónicos en miniatura son ideales para el reconocimiento y misiones especiales en el campo de batalla”.
Con un cuerpo alargado, tres patas minúsculas y dos alas semitranslúcidas que imitan fielmente a un insecto real, este microdron es capaz de posarse sobre superficies sin llamar la atención. Su tamaño le permite pasar inadvertido incluso a corta distancia, lo que lo convierte en una herramienta idónea para infiltrarse en zonas urbanas densas o instalaciones estratégicas altamente protegidas.
El avance no solo reside en su apariencia, sino en la ingeniería detrás de su diseño. Miniaturizar componentes como sensores, sistemas de navegación, transmisión de datos, fuente de energía y mecanismos de vuelo, representa uno de los mayores desafíos en robótica moderna. Según explicaron los investigadores, la verdadera dificultad está en la batería: crear una fuente de energía lo suficientemente pequeña, ligera y duradera como para alimentar al dron sin sacrificar sus funciones clave.
Además del mosquito biónico, se presentaron otros modelos de microdrones que pueden ser controlados desde un teléfono móvil. Uno de ellos, con cuatro alas que baten horizontalmente, está diseñado para mejorar la maniobrabilidad en entornos cerrados o de acceso limitado.
Estos avances se enmarcan dentro de la estrategia china de “guerra inteligente”, un modelo militar que apunta a reducir la intervención humana en los combates, reemplazando los sistemas informatizados convencionales por dispositivos autónomos controlados por inteligencia artificial integrada.
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El concepto de un dron con forma de insecto que puede volar en espacios reducidos, registrar imágenes, identificar objetivos y transmitir datos en tiempo real redefine por completo las operaciones encubiertas. Su uso podría oscilar entre la vigilancia en conflictos urbanos y la recolección de inteligencia en instalaciones clasificadas.
Aunque países como Estados Unidos y Francia han mostrado prototipos similares, ningún desarrollo conocido ha alcanzado el nivel de funcionalidad y camuflaje que China ha logrado con este microdron. Esto sitúa al Ejército Popular de Liberación en la vanguardia de una nueva generación de armamento que prioriza la invisibilidad táctica y el ataque de precisión en escalas nunca vistas.
El mosquito biónico no es el único avance que China ha introducido en robótica miniaturizada. Ya se ha presentado públicamente un dron con forma de termo, de menos de un kilo de peso, capaz de cargar más del doble de su masa. Este dispositivo puede ser lanzado desde un lanzagranadas de 35 mm y portar hasta tres granadas, todo ello operado por un procesador neuronal que permite coordinar ataques de forma autónoma entre múltiples unidades.
El potencial destructivo y de vigilancia de estos dispositivos redefine las reglas del combate moderno. Si China logra escalar la producción de estos microdrones, el concepto tradicional de seguridad y defensa podría verse radicalmente alterado. El espionaje dejaría de depender de satélites o drones aéreos visibles, para pasar a una nueva era donde la amenaza podría estar flotando a centímetros del objetivo, con forma de mosquito, sin que nadie lo note.
Aunque su principal utilidad es militar, la tecnología desarrollada también tiene aplicaciones civiles y médicas. La robótica en miniatura ya se está investigando para procedimientos médicos de alta precisión, diagnóstico por imágenes y microcirugías, lo que demuestra su potencial multidisciplinario.