Científicos descubren que la cera de los oídos podría ayudar a detectar el Parkinson
El Parkinson es una enfermedad progresiva que afecta el movimiento y suele diagnosticarse cuando los síntomas ya son evidentes.
Un reciente estudio publicado en la revista Analytical Chemistry ha abierto una nueva línea de investigación médica.
La investigación analizó a 209 personas, de las cuales 108 tenían un diagnóstico confirmado de este trastorno neurodegenerativo, y encontró indicios prometedores sobre el papel del cerumen como biomarcador.
El Parkinson es una enfermedad progresiva que afecta el movimiento y suele diagnosticarse cuando los síntomas ya son evidentes. Por ello, cualquier método que facilite una detección temprana representa un avance crucial en la mejora del tratamiento y la calidad de vida de los pacientes.
El cerumen, comúnmente conocido como cera de los oídos, es una sustancia natural que cumple funciones esenciales. Según MedlinePlus, “el cerumen protege la piel del canal auditivo, ayuda a limpiar la suciedad y ralentiza el crecimiento de bacterias”. Está compuesto por secreciones de las glándulas ceruminosas y células muertas de la piel, actuando como una barrera frente a polvo, contaminación y agua.
Aunque su presencia es completamente normal, un exceso puede generar molestias auditivas. Por ello, los especialistas recomiendan saber cuándo es necesario realizar una limpieza y hacerlo de forma adecuada para evitar daños en el oído.
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Los investigadores plantean que el sebo corporal, presente en la cera de los oídos, podría revelar la presencia del Parkinson debido al olor distintivo que adquiere en los pacientes afectados. Este fenómeno estaría relacionado con alteraciones en los compuestos orgánicos volátiles (COV) producidos por procesos como la neurodegeneración, la inflamación sistémica y el estrés oxidativo.
En la actualidad, el diagnóstico del Parkinson se realiza principalmente mediante escalas clínicas y estudios de imágenes neuronales, herramientas que suelen ser costosas y de difícil acceso en muchos sistemas de salud. El análisis del cerumen, en cambio, se perfila como una alternativa más sencilla y económica.
El estudio no solo aporta una nueva perspectiva sobre el potencial diagnóstico del cerumen, sino que también refuerza la idea de que los fluidos y secreciones corporales pueden contener información clave sobre enfermedades neurodegenerativas. Si estos resultados se confirman con más investigaciones, la cera de los oídos podría convertirse en una herramienta no invasiva para la detección temprana del Parkinson, transformando la forma en que se abordan los diagnósticos en neurología.