Clásicos del cine religioso: Aquí te contamos dónde ver estas extraordinarias películas

Ciudad de Panamá, Panamá/La Semana Santa de mi infancia se caracterizaba por dos actividades familiares indispensables y complementarias: recorrer las siete iglesias e ir al cine del Jueves Santo al Domingo de Resurrección.

Por esos días, las salas de barrio ubicadas en San Felipe, Santa Ana y la Central dedicaban su programación al cine religioso. Por entonces no tenía idea de que buena parte de ese contenido provenía de la Edad de Oro de ese tipo de filmes hechos en Hollywood y que volvía a la pantalla grande durante cada Semana Santa.

Hablamos de esos largometrajes estadounidenses que se rodaron en un periodo de unos 15 años, fueron firmados por la crema y neta de la dirección de Hollywood y protagonizados por los rostros más conocidos del momento: Quo vadis (1951, con Robert Taylor y Deborah Kerr), del director Mervyn LeRoy; Tierra de faraones (1955, con Joan Collins), de Howard Hawks; Los diez mandamientos (1956, con Yul Brynner y Charlton Heston), de Cecil B. DeMille; Ben-Hur (1959, con Charlton Heston), de William Wyler; Salomón y la reina de Saba (1959, con Yul Brynner y Gina Lollobrigida), de King Vidor; Espartaco (1960, con Kirk Douglas y Tony Curtis), de Stanley Kubrick y Cleopatra (1963, con Elizabeth Taylor, Richard Burton y Rex Harrison), de Joseph L. Mankiewicz.

Grandes presupuestos

Si bien durante esos tres lustros llegaron melodramas del cineasta Douglas Sirk (Sólo el cielo lo sabe, 1955, o Imitación a la vida, 1959); comedias como Yo soy el padre y la madre (1958), del director Frank Tashlin y protagonizada por Jerry Lewis, o representantes del nuevo auge de la ciencia ficción y el fantástico Serie B con títulos como El enigma de otro mundo (1951), de Christian Nyby y Howard Hawks; La guerra de los mundos (1953), de Byron Haskin o La invasión de los ladrones de cuerpos (1956), de Don Siegel, nadie le ganaba en la taquilla a los dramas históricos y de aventuras que ocurrían en la antigüedad, en particular en Egipto y Roma.

En resumen, nunca antes, ni nunca después, se hizo tanto cine vinculado directa o indirectamente con las sagradas escrituras en la autodenominada Meca del Cine. Además, las casas productoras invertían todo el dinero que fuera necesario en rodarlas para demostrar solvencia, fuerza dentro del mercado de inversionistas, y quizás, alguna que otra tendencia megalómana.

Para que tengan una idea, Cleopatra costó 37 millones de dólares de entonces; Ben-Hur se rodó durante 10 meses y tuvo un presupuesto de 15 millones de aquellos tiempos; Espartaco fue el resultado de una inversión de 12 millones de dólares y Los Diez mandamientos requirió 14 millones de billetes verdes, utilizó más de 14 mil extras y 15 mil animales.

Efectos especiales

Los diez mandamientos y Ben-Hur despertaron la curiosidad de los espectadores al ofrecer los más geniales efectos especiales. Ellos fueron en la década de 1950 lo que, años más tarde, significaría en ese mismo rubro la saga de La Guerra de las Galaxias, la trilogía de Regreso al futuro, la serie de Terminator o por estos días las películas basadas en personajes de la Marvel y DC Comics.

Ayer eran los temas épicos y espirituales los que movían al gran público, hoy ese mismo séptimo arte industrial hace películas basadas en superhéroes de los cómics con presupuestos igualmente impresionantes y que logran sobrepasar la barrera de los mil millones de dólares en recaudación global.

¿Por qué esta decisión en ambas épocas? Tanto en la década de 1950 como en el presente, Hollywood quería demostrar su poderío dentro del mundo del entretenimiento y que nada podía reemplazar la experiencia de ver una película usando inventos como el Cinemascope o el VistaVision.

En ese tiempo, la Metro Goldwyn Mayer, la Paramount o la Twentieth Century Fox usaban nuevos formatos panorámicos para presentar sus largometrajes porque deseaban poner en su lugar a la emergente y pequeña pantalla de televisión que ganaba fuerza en la audiencia tras la Segunda Guerra Mundial y hoy porque Hollywood sabe que un adversario duro de roer son las plataformas de streaming que le están quitando un público que ha dejado de ir a las salas comerciales con la frecuencia que había a inicios del siglo XXI (sin mencionar los estragos causados por la pandemia).

¿Cuáles fueron las más premiadas?

Ben-Hur es la reina de todas. Ganó 11 premios Oscar, entre ellos, película, director, actor principal y secundario, guion adaptado y efectos especiales, más 3 Globos de Oro y un Bafta.

Cleopatra tuvo 7 nominaciones al Oscar y recibió distinciones en fotografía, dirección artística, vestuario y efectos especiales, más aplausos de la National Board of Review (Asociación de Críticos Norteamericanos) para el actor Rex Harrison.

Espartaco obtuvo 6 nominaciones al Oscar y conquistó actor secundario (Peter Ustinov), fotografía, vestuario y dirección artística, más un Globo de Oro al mejor drama.

Los diez mandamientos logró 7 nominaciones al Oscar, incluyendo mejor película (se quedó con la categoría de efectos especiales) y la National Board of Review ponderó la actuación de Yul Brynner.

Quo Vadis alcanzó 8 nominaciones a la estatuilla dorada, incluyendo mejor película (aunque se fue en blanco) y la National Board of Review la seleccionó como una de las mejores 10 películas de su año.

¿Quieres verlas?

En otro tiempo les recomendaría que fueran a su cine favorito de barrio para disfrutar de estos clásicos, pero ya no queda ninguno en Panamá y en el resto del mundo la situación debe ser parecida. Las salas comerciales del presente se preocupan poco de ofrecer este tipo de programación por estas fechas. Por lo tanto, les que tocará irse a la internet.

Por ejemplo, tienen acceso a Quo Vadis desde Google Play Movies, Amazon Video, Vudu y Apple iTunes.

Tierra de faraones se puede disfrutar desde Apple iTunes y Amazon Video.

Los diez mandamientos se puede ver desde Google Play Movies, Amazon Video, Vudu y Apple iTunes.

Ben-Hur la encuentran en las plataformas electrónicas de HBO Max, Amazon Channel y TCM.

En tanto, Salomón y la reina de Saba desde Prime Video.

Mientras que Espartaco está en Prime Video y en el servicio de streaming de HBO Max.

Cleopatra a través de Prime Video y Disney+.

Otro día conversamos sobre el pionero de esta clase de cine de nivel espectacular que presentaba historias superlativas trasladadas a la pantalla grande: Cecil B. De Mille, quien vendría siendo el tatarabuelo de Steven Spielberg, Peter Jackson, Bryan Singer y Joss Whedon.